Pese al fuerte apoyo que ha recibido la iniciativa por representantes del sector de productos frescos, hay quienes indican que la medida podría tener un impacto adverso desde el punto de vista del consumidor
La semana pasada, el Senado de Estados Unidos aprobó el proyecto de ley que establece normas específicas para el etiquetado de Organismos Genéticamente Modificados (OGM o GMO, su sigla en inglés), dejando al presidente Obama, la responsabilidad de firmar la norma.
Al respecto, Tom Stenzel, Presidente y CEO de United Fresh Produce Association, señaló: “Apoyamos la promulgación de esta medida porque creemos que proporciona una claridad muy necesaria para el sector de la alimentación y la agricultura, así como para los consumidores. El proyecto de ley establece el requisito de etiquetado para aquellas empresas que introducen estos alimentos en el mercado, lo que puede reducir la presión para las empresas en la búsqueda de un etiquetado “No GMO” verificado. Al mismo tiempo, el proyecto de ley ofrece una gran flexibilidad a las empresas con los alimentos genéticamente modificados en cuanto a la forma de etiquetado, ya sea en el texto conjunto, un símbolo o un enlace a una página web”.
Cabe destacar que este proyecto de ley establecería un programa de etiquetado nacional coherente, evitando que cada uno de los 50 estados prepare uno propio. El proyecto de ley es ampliamente apoyado por todos los sectores de la industria alimentaria, incluyendo todas las principales organizaciones agrícolas, fabricantes de alimentos y el retail.
Otras Voces
Durante una amena charla en London Produce Show and Conference, el Dr John Stanton, Profesor de Marketing de Alimentos de las Universidad de St Joseph en Filadelfia, precisó que las publicidades en negativo “No GMO” y “No Pesticidas” pueden generar un efecto negativo al deseado. Los argumentos de Stanton, se basan en un estudio realizado junto a su grupo de trabajo de la Universidad de St Joseph, en el cual se concluyó el gran impacto en los consumidores del uso en negativo de la publicidad; ya que ello podría bajar el entusiasmo por comprar, así como también crear una percepción menos positiva a lo largo de toda la categoría de productos.
En esencia, el profesor cree que la industria de los alimentos en Estados Unidos, así como la del sector productivo, se están haciendo un “flaco favor” con la medida. “Colocar etiquetas que indiquen NO esto, o no esto otro, es negativo. Los consumidores no son lo suficientemente sofisticados para evaluar las negatividades”, señaló John Stanton.
Stanton sostiene que es necesario preguntarse por qué contruir los mensajes desde lo negativo como en el caso de la leche “No hormones” , en vez de partir por los atributos positivos “Construye Fuertes Huesos”.
“La industria productora les dice algo que ellos ya saben”, agregó el profesional. “Pero necesitamos decirle a los consumidores mas. Muchos proveedores de frutas frescas no usan ninguna palabra descriptiva, pensando que el producto habla por si sólo”.
Stanton, usando una frese de McDaniel y Baker in 1977, describió la importancia del etiquetado: “La etiqueta en el producto provee al productor la última oportunidad para persuadir al comprador de seleccionar su marca”.
Además, destacó que en la fruta no se suelen colocar adjetivos como “Las mejores manzanas del mundo”, sino que usar sólo “las mejores”, ya que, piensan que el consumidor une la idea al producto. “Si eso fuera así, ¿Por qué vamos a una cafería que dice servir la mejor taza de café del mundo?” , comentó.
Fuente: SimFRUIT según información de CP United Fresh Association y Produce Business UK