Francia: Establece como ilegal que supermercados boten o destruyan los alimentos áun en condiciones de consumo

Mayo 25, 2015|Internacionales|

Francia está haciendo sus mejores esfuerzos para evitar el desperdicio de alimentos, tras imponer como ilegal que los grandes supermercados tiren comida

desperdicioalimentosEl pasado jueves, la Asamblea Nacional francesa votó por unanimidad la nueva ley que obligarán a las cadenas a donar alimentos desechados a la caridad o permitir que se conviertan en alimentos para animales, compotas o energía.

Guillaume Garot, un político socialista que patrocinó el proyecto de ley, dijo: “Es escandaloso ver cómo se vierten en los cubos de basura de los supermercados alimentos comestibles.”

Los supermercados británicos también destruían los alimentos o los eliminan en contenedores industriales con sustancias químicas, una práctica que ahora es ilegal.

Cualquier tienda más grande de 400 metros cuadrados deberá firmar un contrato con una organización de caridad para donar estos productos comestibles.

“El gobierno francés está trabajando en esto para lograr el objetivo de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos en 2025, y también está poniendo el tema en el currículo escolar”, informó L’Express de Francia.

La medida ha sido bien acogida por los grupos ecologistas, organizaciones benéficas y organizaciones de alimentos, mientras que los activistas están pidiendo leyes similares en todo el mundo.

Al respecto, cabe destacar que ha habido varios intentos de actuaciones judiciales en el Reino Unido en los últimos años, para beneficiar que las personas con menos recursos puedan  aprovechar los alimentos desechados por los supermercados, incluyendo Freegans, estudiantes y padres de familia.

Estudio de la FAO

De acuerdo a un estudio dado a conocer a fines de 2013 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el mundo se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos cada año, lo cual no sólo provocan grandes pérdidas económicas, sino también dañan gravemente al clima, el agua, la tierra y la biodiversidad. Los desperdicios son responsables de añadir 3.000 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Según el organismo Cada año se producen en el mundo 4.000 millones de toneladas de alimentos. Un tercio de éstos se pierde. El valor de la pérdida del desperdicio asciende anualmente a US$680.000 millones en los países industrializados y a US$310.000 millones en los países en desarrollo. Si solo se evitara un cuarto de las pérdidas y el desperdicio de alimentos, sería suficiente para alimentar a 870 millones de personas hambrientas en todo el mundo.

El estudio identificó que el 54% de los desperdicios de alimentos en el mundo se producen en las etapas iniciales de la producción, manipulación y almacenamiento poscosecha. El 46% restante ocurre en las etapas de procesamiento, distribución y consumo de los alimentos.

Los países en desarrollo sufren más pérdidas de alimentos durante la producción agrícola, mientras que el desperdicio a nivel de venta minorista y consumidores tiende a ser mayor en las regiones de ingresos medios y altos, donde representa el 31-39% del desperdicio total, frente al 4-16% de las regiones de ingresos bajos.

Para la FAO, mientras más tarde se pierda un producto alimentario a lo largo de la cadena, mayores serán las consecuencias ambientales, ya que al costo inicial de producción hay que sumar los costos ambientales incurridos durante el procesado, transporte, almacenamiento y cocción de los alimentos.

El reporte también señala diversos “puntos críticos” del desperdicio de alimentos. En Asia por ejemplo, el desperdicio de cereales – como es el caso del arroz – es un problema importante, con un gran impacto en las emisiones de carbono y el uso de agua y el suelo.

En el caso de las frutas, el desperdicio de éstas contribuye de manera significativa al despilfarro de agua en Asia, Europa y Latinoamérica, mientras que los mayores volúmenes de despilfarro en hortalizas se dan en los países industrializados de Asia, Europa y el sur y sudeste de Asia, lo que se traduce en un gran huella de carbono para ese sector.

El sector de las carnes también genera un impacto considerable en el ambiente en términos de ocupación del suelo y la huella de carbono, especialmente en los países de altos ingresos y Latinoamérica, que en conjunto abarcan el 80% del total del despilfarro de carne.

Fuente: SimFRUIT/FreshPlaza.com

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