Columna Económica: “Los Fundamentos y el Dólar”, por Rodrigo Díaz, asesor de ASOEX

Marzo 2, 2018|Sin categoría|

Si cuando a Chile le va bien y a los exportadores no cobre se les pone la cuenta arriba, entonces alguna política pública debería haber para cuidar a quienes invierten tanto en el desarrollo de mercados internacionales.

RodrigoDazLos fundamentos de la macroeconomía, suelen ser más lentos de operar que las expectativas o ciertos shocks transitorios.

Por ejemplo, el dólar en Chile depende de la entrada neta de divisas [X-M, Invex y Fk+], del precio del cobre [que está dentro de las exportaciones, X] y del diferencial de tasas entre Chile y EE.UU.

El precio del cobre ha subido significativamente desde 2016. Ese año el promedio fue US$ 2,21/lb., en 2017 promedió US$ 2,79/lb [+27%]. Y en los últimos doce meses su precio promedio se ubicó en US$ 2,85. Es decir, sigue subiendo.

Pero la entrada de capitales -que comenzó fuerte desde comienzos de 2017- ha hecho subir la Bolsa de 4169 puntos a 5.838 el mes pasado. Pero en febrero cayó 4%.

Esta última señal es la que a mí me parece más importante. Porque mientras el dólar se siga debilitando, el cobre seguirá subiendo.

Pero las expectativas de crecimiento de Chile y por tanto el de las grandes empresas abiertas al mercado de valores, no pueden ser tan altas. La caída de 4% seguramente está suponiendo un techo. Al menos un techo visto desde afuera. Los locales podrán seguir dando aire de inercia a nuestro IPSA. Pero en el mundo real, es difícil que las empresas tengan tal aumento de utilidades producto de un crecimiento de 3% o 4%.

El dólar durante este año ha bajado de $ 614,75 en el último día de 2017 a $ 593,6 en el último día de febrero. Esto es 3%. No parece mucho. Pero sumado a la caída de 2017 entonces se entiende que este valor complique a todos los exportadores no cobre [a unos más que otros, obviamente].

Para mi gusto, lo fundamental, es que parece haber una morigeración de las expectativas en el economía chilena. Al menos para 2018. Porque si para 2019 el crecimiento de la economía se visualiza cerca del 5%, el dólar va a experimentar otra caída fuerte. Pero por ahora, eso no está en la cabeza de nadie. Y por tanto, no hay expectativas al respecto.

Es complejo que cuando al país le va bien a los exportadores no-cobre se les pone la cuesta muy para arriba. Este tipo de fenómenos no son buenos para el país en el largo plazo.

Por tanto, una política pública de compensación, de fomento o de desarrollo exportador, debería ser parte del debate público en economía este año. Pero no para las PyMEs, sino para los exportadores frecuentes, esos que invierten en extranjero, en sus clientes, en las redes logísticas, esos que están comprometidos con su producción. A esos hay que cuidar.

Volver