Investigaciones recientes han encontrado que varias especies de flores comunes tienen nanoestructuras en la superficie de sus pétalos. Estas nanoestructuras permiten la dispersión de partículas de luz en frecuencias que van del azul al ultravioleta, generando un tenue efecto que los científicos han bautizado como halo azul.
Fabricando superficies artificiales generadoras de estos halos azules, los científicos fueron capaces de probar su efecto en insectos polinizadores. Encontraron que las abejas pueden ver este halo y usarlo como una señal para localizar las flores en forma más eficiente.
Aunque los bordes y surcos en la superficie de los pétalos se alinean desordenadamente, al analizar flores de diversas especies, los investigadores descubrieron que, si bien estas conformaciones puedan variar en peso, profundidad y separación, todas son capaces de producir el mismo efecto de halo azul. De hecho, incluso en un solo pétalo, estas estructuras fueron encontradas en una disposición asombrosamente irregular. Este es un fenómeno que los físicos describieron como desorden.
Los investigadores concluyeron que estas desordenadas nanoestructuras probablemente evolucionaron independientemente en muchas especies de plantas con flores, pero todas alcanzaron el mismo resultado luminoso que aumenta la visibilidad de las flores a los polinizadores.
El estudio fue realizado por un equipo multidisciplinario de científicos de los departamentos de ciencias vegetales, química y física de la Universidad de Cambridge, junto con colegas del Royal Botanic Gardens Kew y el Instituto Adolphe Merkele, en Suiza.
El profesor Beverly Glover, autor principal y director del jardín botánico de la Universidad de Cambridge, señaló: “Fue una verdadera sorpresa descubrir que el desorden de estas estructuras en sí mismo es lo que genera la importante señal óptica que permite a las abejas encontrar las flores más eficazmente”.
“Nuestros hallazgos sugieren que las estructuras en los bordes del pétalo que producen el halo azul han evolucionado a través de linajes de diferentes flores y todas convergen en esta señal óptica para polinizadores”, señala Glover.
Los investigadores recrearon artificialmente nanoestructuras de halo azul y las utilizaron como superficies para flores artificiales. En un estadio de vuelo en un laboratorio de Cambridge, probaron cómo los abejorros respondían a las superficies con y sin halos.
Fuente: SimFRUIT según información de Agrimundo