El Cambio Climático (CC) está afectando a diferentes zonas del mundo. Uno de los efectos directos que tiene el CC sobre la agricultura es la intensificación de las sequías.
Según el último informe sobre el trabajo de la FAO en Cambio Climático, presentado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2017, entre los años 2005 y 2015: “Las sequías provocaron el 30% de las pérdidas agrícolas causadas por desastres naturales, lo que equivale a USD 29.000 millones”. Adicionalmente, el informe plantea que: “En los países en desarrollo, hasta un 83% del impacto económico de las sequías, recaen en la agricultura, las que se intensifican con el cambio climático”.
Bajo este contexto, una de las acciones de la FAO en esta materia fue el lanzamiento en 2016 del “Marco de Acción Mundial para hacer frente a la escasez de agua”, donde se reunieron actores claves de todo el mundo, con el objetivo de “diseñar y poner en marcha estrategias para abordar la escasez de agua, la producción agrícola, la seguridad alimentaria y el cambio climático de forma integrada”.
No cabe duda que los países afectados por sequías tendrán que comenzar a tomar medidas específicas para mitigar los impactos económicos que este fenómeno pueda ocasionar, con el fin de mantener los niveles de producción agrícola y el abastecimiento alimenticio para la población.
Un ejemplo es lo que está ocurriendo en Sudáfrica y su producción de trigo, producto de la intensificación de las sequías en diferentes zonas del país.
El sitio South African Broadcasting Corporation (SABC) señala en una publicación reciente que: “Sudáfrica tendrá que importar hasta el 60% de su demanda de trigo, como resultado de la sequía aplastante en el Cabo Occidental, área de mayor producción de este cereal. Esto es 10% más que la cantidad habitual importada. Adicionalmente, señala que la cosecha en la provincia se ha reducido en un 40%, debido a que el país vive la peor sequía en más de un siglo”.
Por otra parte, los países latinoamericanos, no son ajenos a esta situación, como lo señala una noticia publicada por el Banco Mundial, el 6 de diciembre de 2017: “En América Latina, las pérdidas de ingresos que provoca una sequía son cuatro veces mayores que las de una inundación. En lo que va de este siglo, algunos países de América Latina como Brasil, Honduras, Guatemala, Chile y Perú han atravesado las peores sequías de su historia”.
Chile
En la misma línea de lo expuesto anteriormente, el Profesor Fernando Santibáñez, en su investigación “Plan de Acción para la Protección y Conservación de la Biodiversidad, en un contexto de adaptación del Cambio Climático”, plantea que: “La agricultura chilena deberá adaptarse mediante cambios tecnológicos que atenúen los impactos negativos del clima”.
Es así como el Estado chileno se ha comprometido con el desarrollo de lineamientos específicos en esta materia. Un ejemplo es el accionar del Ministerio de Agricultura, a través de la generación de información para el diseño de medidas de adaptación y mitigación; como contraparte técnica para la implementación de planes y proyectos liderados por el Ministerio del Medio Ambiente, e integrando a la delegación chilena, ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
La Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), a través de la Unidad de Emergencias Agrícolas (UEA), coordina los acontecimientos agrícolas generados por el Cambio Climático. Dentro de otras actividades, esta unidad desarrolla la implementación de un sistema de información pública agrometeorológica sobre riesgos y alertas tempranas de emergencias agrícolas y propone planes ministeriales, con adaptación regional, para la reducción de riesgos y daños. Por otro lado, el Ministerio del Medio Ambiente, a través del Departamento de Cambio Climático, propone políticas, planes y programas en materia de cambio climático.
La actual administración, bajo un decreto supremo firmado en noviembre de 2017, creó la Comisión Asesora Presidencial Permanente de Cambio Climático. Esta Comisión es integrada por 30 miembros pertenecientes a la sociedad civil, sector público y sector privado, cuyo objetivo es entregar recomendaciones y apreciaciones sobre instrumentos y procesos relacionados a la acción climática del país.
Fuente: SimFRUIT según Agrimundo