Por Rodrigo Díaz, Asesor de ASOEX
Todos los años, Hacienda reúne a un comité de expertos para estimar la tasa de crecimiento potencial de nuestra economía. Esta vez, el Banco Central tiene algo que decir al respecto.
El crecimiento tendencial se refiere al aumento del PIB en ausencia de shocks transitorios de productividad y cuando los insumos se usan a su capacidad normal.
El Banco Central, ha hecho un análisis de esto para el período 217-2050 (33 años), con foco en los próximo 10 años.
Para hacer las estimaciones, se proyectó la evolución de los factores productivos (capital y trabajo) y la productividad total de factores (PTF) que no es otra cosa que la combinación de ambos o la aplicación de la tecnología disponible.
El resultado del estudio es que nuestro crecimiento potencial para los próximos 10 años esta entre 2,8% y 3,6%.
Explican estas cifras, el crecimiento esperado de la fuerza de trabajo, más la inmigración y la incorporación de la mujer en la fuerza laboral.
Se supone también, que habrá una mejora en las capacidades de los trabajadores, es decir, más capital humano. Habrá que ver si esto es así, dado el avance más que vertiginoso que está teniendo la inteligencia artificial en el mundo.
Además, se estima que el capital se mantiene a una tasa relativamente constante con respecto al producto. Pero de nuevo, no se considera la aparición de tecnología que reemplace labores humanas, como todas aquellas que son repetitivas o mecánicas. Incluso manejar un vehículo.
La PTF se estimó usando el promedio histórico de los últimos 20 años.
Pero hay dos focos que podrían mejorar las estimaciones.
El primero, es mayor capital humano o la mejora la competencias laborales de los trabajadores/as. Estas aún en Chile este siguen siendo bajas en comparación con otros países OCDE. Medidas efectivas que tiendan a cerrar esta brecha pueden tener efectos positivos de primer orden en nuestra tasa de expansión. Pero estos procesos toman bastante tiempo y por tanto es poco probable que produzcan efectos antes de 10 años.
El segundo, es la incorporación de tecnología [PTF]. La evidencia muestra que en Chile hay fuertes ineficiencias en la asignación de recursos de las empresas [y más aún en el Estado]. En este aspecto, mejoras de eficiencia sí podrían generar efectos de primer orden dentro de los próximos 10 años.
Otras medidas serían la flexibilización del mercado laboral, mayor desarrollo financiero y aquellas reduzcan los costos de crear y cerrar empresas.
Estas últimas recomendaciones apelan directamente a la instalación de mejores políticas públicas. Pero las anteriores, apuntan a la capacidad de las empresas por invertir en más y mejor tecnología para elevar la eficiencia de los procesos, ser más competitivos y elevar tanto las ganancias como las oportunidades laborales de todos los chilenos.
El desafío está planteado.