Por Rodrigo Serrano, vicepresidente corporativo de Innovación y Desarrollo de Wisetrack Corp
Este rubro enfrenta desafíos que, más allá de las distancias geográficas y la diversidad de productos a trasladar, se centran en garantizar la seguridad en el camino. Las empresas de comercio, retail y consumo masivo levantan su voz y son claras en sus demandas: buscan, ante todo, que se les garantice que sus productos y pedidos llegarán a destino a tiempo y completos (On time in full). Pero, ¿es esto realmente posible en un país donde las zonas de riesgo varían y la delincuencia parece conocer muy bien cuándo y dónde atacar? En el norte, los camiones cargados de cobre y químicos son el blanco; en el sur, los que transportan salmones; y en las zonas portuarias y fronterizas, cada una tiene su propia “especialidad” delictiva.
Sin embargo, no todo es pesimismo. Las estadísticas arrojan un dato alentador. Si se cuenta con la tecnología adecuada y un robo es detectado e informado en un lapso de 15 o 30 minutos, la recuperación del camión es prácticamente segura.
Y es aquí donde entra en juego el verdadero protagonista de esta columna: el análisis de datos. Esta herramienta, que a primera vista puede parecer ajena al mundo del transporte, es en realidad una pieza fundamental en la prevención de robos y pérdidas. Gracias al procesamiento y estudio de grandes volúmenes de información, es posible identificar “patrones delictuales” o de riesgo y, lo que es aún más revolucionario, anticiparse a posibles incidentes mediante tecnologías como Big Data e Inteligencia Artificial.
Pero no todo lo que brilla es oro: si bien la tecnología ofrece soluciones inimaginables, no debe olvidarse la importancia de las medidas de seguridad física y los protocolos operativos. De nada sirve tener un sistema de seguimiento de última generación si en terreno, no se toman las precauciones necesarias.
Una buena noticia es que estas tecnologías no están reservadas solo para las grandes corporaciones. Los pequeños empresarios, aquellos que quizás cuentan con una flota de dos o tres vehículos, tienen tanto o más que perder. Para ellos, la tecnología puede ser ese salvavidas que les permita mantener a su empresa a salvo y a flote, en un mar lleno de competencia, riesgos y desafíos.
Dos décadas atrás, Chile veía como lejana la realidad de sus vecinos en Latinoamérica, en relación a los delitos en ruta, y hoy, en que tristemente sufrimos lo mismo que ellos, el país tiene la oportunidad de convertirse en un referente en cuanto a seguridad en el transporte de carga mediante tecnologías preventivas y predictivas.