Por Director Ejecutivo de Agroseguros, Ricardo Prado Cuevas
El frente de mal tiempo que afectó hace unos días a la zona centro del país con lluvias y granizos, que según estimaciones de Fedefruta ocasionaron pérdidas cercanas a los US$200 millones, siendo el fuerte en productores de la región de O’Higgins, pone nuevamente en la retina las herramientas con que cuentan los agricultores para enfrentar este tipo de riesgos.
La importancia de contar con un seguro agrícola con subsidio estatal adquiere relevancia para minimizar el impacto económico de situaciones catastróficas para los agricultores, y fundamentalmente para ayudar a que el sector agrícola y el país, mantengan su capacidad productiva en el tiempo, permitiendo que los afectados retomen su producción y puedan cumplir con sus compromisos financieros.
Gracias a este tipo de herramientas, los agricultores que contrataron con anticipación un seguro agrícola a través de INDAP, las compañías de seguros, la banca u otros, pudieron estar protegidos y sortear de mejor manera estos eventos climáticos cada vez más frecuentes, en desmedro de aquellos que no logran visualizar el creciente escenario de inestabilidad climática.
Sabemos que el sector frutícola se expone a lluvias, vientos, heladas, nevazones, granizos, inundaciones y aluviones. Para ellos existen dos seguros con subsidio estatal para proteger su inversión: el Seguro Agrícola para Frutales contra riesgos climáticos y el Seguro de Incendio con Adicionales para Frutales.
El llamado es a informarse sobre estas herramientas, de manera de estar protegidos con anticipación frente a las inclemencias del tiempo cada vez más frecuentes. Asegurarse es proteger su inversión y capital de trabajo, y los más importante, mantenerse en el sector agrícola.