El SAG, con cerca de medio siglo de contribución a las aperturas de nuevos mercados

Agosto 22, 2016|Opinión|

Por Rodrigo Astete Rocha, Jefe División de Protección Agrícola y Forestal del SAG

Rodrigo Astete 1El Servicio Agrícola y Ganadero, el día 28 de julio recién pasado, cumplió 49 años. Se acerca al medio siglo de vida, y en este tiempo se ha consolidado como uno de los Organismos Nacionales de Protección Fitosanitaria (ONPF) relevantes a nivel mundial. En lo personal, es realmente un orgullo pertenecer a esta institución, la cual cuenta con un destacado prestigio internacional y que he podido comprobar en los distintos foros internacionales en los cuales he participado.

Dicho prestigio es desconocido en nuestro propio país, probablemente porque no se visualiza el trabajo silencioso que realiza el SAG en ámbitos muy específicos y que permiten diversificar nuestras exportaciones a más de 120 países. Este trabajo se realiza con una fuerte articulación público-privada que ha sido la clave del éxito en los últimos años, permitiendo la apertura de mercados para la exportación de distintas especies hortofrutícolas que generan un impacto muy positivo a nivel de nuestros productores, impulsando el desarrollo de importantes rubros y finalmente, repercutiendo en nuestra economía nacional.

Actualmente como SAG estamos trabajando muchas líneas para la apertura de productos y facilitación de mercados. Por mencionar algunas de ellas, están los nectarines a China, uvas y otras especies a Indonesia; paltas y arándanos a India; limones mediante enfoque de sistema a EEUU, etc.; y recientemente se han logrado aperturas significativas, como nueces y ciruelas deshidratadas a China; y kiwi mediante enfoque de sistema a Brasil.

En este proceso hay muchas acciones que realiza el SAG que son desconocidas. Una de ellas es la vigilancia agrícola y forestal, acción que implica mantener a nivel país una vigilancia activa, realizando constantemente prospecciones o visitas a huertos y predios de los más diversos rubros silvoagrícolas prioritarios y manteniendo redes de trampeo que son revisadas constantemente para la detección de plagas como mosca de la fruta y Lobesia botrana, entre otras. Este trabajo permite conocer la situación fitosanitaria actualizada de los recursos silvoagrícolas del país, y que corresponde a la primera información o carta de presentación de Chile en un proceso de apertura de un nuevo producto para exportación.

Nuestros colegas, ingenieros agrónomos y técnicos agrícolas, son un recurso humano esencial para el logro de los objetivos del Servicio, y realizan su trabajo con mucha pasión, dedicación y con un alto nivel técnico, visitando a los productores y verificando la fitosanidad de sus huertos o revisando la red de trampeo para plagas específicas, recibiendo periódicamente cursos de capacitación de plaga cuarentenarias y presentes de Chile, lo que permite que -frente a la detección de cualquier agente sospechoso- se tomen las muestras vegetales adecuadamente, las que luego son analizadas en nuestros laboratorios desplegados a nivel nacional, a objeto de identificar diversas plagas agrícolas y forestales, la mayoría de ellas de importancia económica.

Esta importante labor es la base de la regulación fitosanitaria internacional, y es lo que permite concretar los acuerdos con los países de destino de nuestras exportaciones. Porque una vez conocida la situación fitosanitaria de un producto en Chile, la cual es respaldada activa y oficialmente por el SAG, se dan las garantías base para que el país importador pueda establecer las exigencias fitosanitarias para la importación de un producto chileno.

Por eso, ahora que avanzamos hacia el cumplimiento de medio siglo de vida, quiero hacer un reconocimiento al trabajo silencioso y técnico de muchos colegas del Servicio Agrícola y Ganadero que se desempeñan en las 65 oficinas a nivel nacional, y que contribuyen con su quehacer al proceso de apertura de distintas especies hortofrutícolas a los más diversos mercados del mundo.

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