Autoconsumo solar: La apuesta eficiente y rentable para la agroexportación chilena

Enero 21, 2025|Opinión|

 

Por Christian Jacob B., ingeniero de Proyectos Autoconsumo IM2 Energía

Imagine por un momento que las frutas que exportan no sólo viajan por el mundo como embajadores de la rica y diversa producción agrícola chilena, sino que, además, lo hacen con una etiqueta adicional: “producidos y envasados con energía solar”. Este distintivo representa una revolución que está cobrando fuerza en el corazón de la agroexportación nacional.

¿Por qué es tan urgente este cambio? La respuesta está en la creciente presión de los costos energéticos. Según la consultora Systep, para enero de 2025 las tarifas eléctricas habrán acumulado un alza del 61% en comparación con el mismo mes de 2024*.

En esta línea, la consultora energiE plantea que los clientes industriales experimentaron un 41% de alza acumulada comparada a mayo 2024**.

Ahora, si comparamos el costo de la electricidad para clientes industriales con países como Perú, Francia, España y Alemania (naciones que cuentan con información pública de cuánto es realmente el precio para consumidores que son electrointensivos), nuestro país ostenta una clara desventaja.

Según un estudio de Acenor***, el costo total de suministro de electricidad en Chile, dentro de lo que se considera la energía, potencia y cargos sistémicos, pero sin considerar el pago de redes de transmisión y distribución, pasó de US$63 por MWh en 2020 a un máximo de US$183 por MWh en julio de 2022. Mientras que el promedio en 2023 fue de US$121, por lo que se trata de niveles 70% más altos que en Perú, 13% más que en Francia, 8% más que en Alemania y 5% más que en España.

Sin duda, un golpe duro para la competitividad del sector exportador.

El impacto en números:

  • Las empresas más pequeñas, con cuentas de electricidad entre $300.000 y $1.000.000 mensuales, podrían ver aumentos de hasta $450.000.
  • Las medianas y grandes, con costos de $1.000.000 a $5.000.000, enfrentarán incrementos de hasta $2.500.000.

¿Qué hay detrás de estas alzas? Una verdadera “tormenta perfecta”:

1. Conflictos internacionales, como la guerra en Ucrania, han disparado los precios de los combustibles.

2. El cierre de plantas a carbón, que, aunque necesario para la transición energética, ha reducido opciones de energía a bajo costo.

3. La crisis hídrica, que limita la generación hidroeléctrica.

4. La dependencia del dólar, que encarece los contratos de electricidad indexados al Índice de Precios al Consumidor (CPI).

 

 

El sol como aliado estratégico

Ante este panorama, el autoconsumo solar emerge no sólo como un salvavidas, sino como una oportunidad para transformar el modelo de negocio agroexportador. ¿Los beneficios? Reducción de costos, independencia energética y, lo más importante, una operación más sostenible y alineada con las demandas del mercado global.

En la industria agroexportadora, la energía solar se puede utilizar en diversos procesos de la cadena productiva: alimentación de las bombas de agua de riego tecnificado, maquinarias que realizan la clasificación y empaquetado de la cosecha, sistemas de refrigeración y enfriamiento y funcionamiento de los equipos de calefacción.

Motivos como éstos han llevado a que cada vez más empresas del rubro están apostando por plantas fotovoltaicas propias. ¿Por qué? Porque no sólo recorta significativamente las facturas eléctricas desde el primer día, sino que también aseguran un retorno de inversión en el mediano plazo.

Hablemos de costos. La inversión inicial para una planta solar de 300 kWp, con un emplazamiento aproximado de 2200 m2 sobre techo, puede rondar los US$230.000, con una capacidad de generar más de 400 MWh al año, si valorizamos la energía a 110 USD/MWh, incluyendo energía consumida, transporte y el resto de los cargos acogidos a cada kWh consumido. Los 400 MWh generados anualmente se traducen en 44.000 USD/Año en ahorro. El ahorro anterior podría ser mayor o menor, dependiendo del tipo de tarifa a la que se encuentre acogido el usuario, o que tan bueno fue el contrato de suministro eléctrico que se logró pactar. Este nivel de producción, permite a las empresas reducir significativamente su dependencia de la red eléctrica, almacenar energía para momentos de alta demanda e incluso amortiguar el impacto del consumo en horas punta.

Esto es especialmente beneficioso para industrias que necesitan un suministro constante de energía, como las líneas de procesamiento. Sin embargo, no todas las empresas cuentan con los recursos necesarios para cubrir una inversión de este tamaño.

Afortunadamente, existen soluciones de financiamiento que eliminan esta barrera. El modelo de negocios ESCO (Energy Service Companies) es una de las opciones más atractivas. Este sistema permite a las empresas acceder a instalaciones de autoconsumo industrial sin necesidad de realizar un desembolso inicial.

¿Cómo funciona? Una empresa ESCO se encarga de todo: diseño, instalación, operación y mantenimiento de los equipos necesarios para generar energía renovable o implementar medidas de eficiencia energética durante el periodo del contrato. Esto permite a las empresas concentrarse en su negocio principal mientras disfrutan de un descuento sobre lo que habitualmente pagan a la distribuidora de electricidad.

Además, los créditos verdes están facilitando aún más la adopción de proyectos de energías renovables, ofreciendo condiciones de financiamiento favorables para fomentar un futuro más sostenible.

Con estas alternativas, no cabe duda de que apostar por la energía solar es una decisión estratégica y rentable, además de una declaración que trasciende los números. Es un mensaje claro al mercado y al planeta: “Somos parte de la solución, no del problema”.

El sol brilla cada día sobre nosotros. Aprovechar su energía no es solo una cuestión de economía, es una apuesta segura por el futuro. ¿Estamos listos para iluminar la agroexportación chilena con su luz?

*Reporte Mensual Sector Eléctrico, diciembre 2024  PDF Aquí
** Diario Financiero “Cuentas de la luz: la alza esperada de enero y los próximos ajustes que asomarán”  (Aquí )
*** Costos de la electricidad para clientes industriales en Chile son un 70% más caros que en Perú (Aquí)

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