Por Patricio Parraguez, Agregado Comercial de Chile en Seúl
Chile y Corea tienen un Tratado de Libre Comercio vigente desde el 2003. Este fue el primer acuerdo firmado entre un país de América Latina y uno de Asia, y representó un paso clave para Chile en la región Asia Pacífico. En noviembre del año pasado, se dio inicio a las negociaciones para la profundización del TLC entre ambos países.
Desde la entrada en vigencia del TLC, Corea del Sur se ha ido posicionando como un destino atractivo para los productos chilenos, pero competitivo a la vez. Los productos importados ya no solo deben satisfacer necesidades de consumidores cada vez más informados, sino también deben entrar con mejores precios, adaptándose a los patrones de consumo y a la demanda fuertemente marcada por modas y reconocimiento de calidad del país de origen.
Los alimentos y bebidas constituyen el principal foco de diversificación de las exportaciones de Chile a Corea del Sur. El TLC ofrece ventajas arancelarias significativas para un gran número de productos de este sector, los cuales en su gran mayoría ya están libres de arancel o están en franca reducción arancelaria, respecto de otros países competidores.
Uno de los productos con autorización para entrar al mercado son las frutas frescas, las cuales deben pasar por un largo proceso de análisis de riesgo realizado por las autoridades agrícolas coreanas. Hoy solo 6 frutas frescas cuentan con protocolo sanitario para su ingreso: arándanos, uva de mesa, kiwi, naranjas, limones y cerezas, producto que consiguió la apertura en enero de 2016. Y solo un año después, Chile logró posicionarse como el segundo país proveedor de cerezas de Corea del Sur, después de Estados Unidos, el mayor exportador al mercado.
Sin duda, uno de los productos alimenticios más consumidos por la población coreana son las frutas frescas, las que están incorporadas en la dieta diaria por la preocupación de los consumidores por el bienestar y la salud, prefiriendo productos saludables.
La firma de acuerdos comerciales con diversos países – 14 vigentes- ha permitido el ingreso de una gran variedad de frutas al mercado coreano, aumentando su consumo cada año. Según el Korea Rural Economic Institute el consumo de frutas el año 2010 fue de 58 kg. por persona, y el año 2015 esta cifra llego a los 66,7 kg., registrando una baja el año recién pasado a 63,6 kg., entre otras razones por la caída de la producción local.
El consumidor coreano prefiere las frutas dulces y convenientes para su consumo, entre las más preferidas por los adultos se destacan la sandía con un 19,9% y la manzana con 16,5%, mientras que los jóvenes prefieren la mandarina (11,2%), y la frutilla (10,1%). Otras frutas que se destacan entre las preferencias del consumidor coreano están el melón oriental, la uva, durazno, tomate y peras. Muchas de estas de producción local.
Sin embargo, Corea del Sur es altamente deficitaria en su producción interna de alimentos. Cerca del 75% de sus alimentos son importados, representando un 25,6% del total de sus importaciones. En este sentido, Chile ha ganado terreno frente a otros países, pero la competencia es cada vez mayor.
Antes de los TLCs, la cereza importada era una fruta cara y exótica debido al alto arancel de importación y por lo tanto el consumo era muy limitado.
En general, las cerezas son muy apreciadas en Corea del Sur por su dulzura y su facilidad para consumirla. Como es una fruta cara es una delicadeza estacional, son las mujeres y familias con niños quienes más las compran, siendo justamente los niños quienes fuertemente inciden en la decisión de compra. En este sentido, estudios realizados en las tiendas, señalan que la cereza tiende a posicionarse en primer lugar entre las preferencias de frutas del consumidor coreano.
Hay otros países del hemisferio sur que exportan cerezas en el mismo periodo que lo hace Chile, por lo que el precio podría ser un elemento de competencia, no obstante la calidad de la cereza chilena es sobresaliente. Generalmente la cereza se vende en paquetes pequeños siendo los más populares de 200 a 300 grs., esto debido al pequeño tamaño de las familias coreanas, 2,43 personas en promedio.
Generalmente, las frutas importadas se consumen en gran parte a través de ventas al por mayor (wolesale) seguidas por canales de retails, y food services. En el caso de la cereza, los principales canales de ventas son hipermercados, tiendas departamentales, y supermercados. Las ventas a través de food services son mínimas.
A través de un estudio de observación en terreno del mercado para la cereza chilena en Corea del Sur realizado por esta Oficina Comercial, pudimos ver y comparar en visitas a tres supermercados la presencia del producto, el tipo de envases, precios y las preferencias del consumidor, entre otros elemento. Esta visita se hizo durante el mes de junio a Lotte My Super, Gs Supermarket y HomePlus Express, sucursales ubicadas en el distrito de Seonbuk de Seúl, distrito que se caracteriza por el alto número de familias que residen allí.
En este estudio en terreno se pudo observar el fuerte posicionamiento de la cereza estadounidense y como el consumidor no duda al momento de su compra. La mayor parte de los envases son cajas plásticas transparentes de 400 grs., muchas de ellas con la bandera de Estados Unidos que permite claramente identificar su origen.
En el caso de las cerezas chilenas, que estuvieron disponibles por primera vez para los consumidores coreanos en la última temporada, muchos se sorprendieron al ver cerezas chilenas disponibles en invierno y mostraron gran interés.
En general, se piensa que dado que las cerezas son percibidas como frutas de verano, sería un reto posicionarlas como una fruta de invierno. Pero por su buena calidad, sabor y precio competitivo, no cabe duda de que podría posicionarse como una fruta de invierno con una buena estrategia de posicionamiento y promoción.
En general, los productos alimenticios chilenos no tienen una fuerte indicación de su origen que permita al consumidor identificar claramente dicho origen. En este sentido, es recomendable aprovechar el conocimiento que cada día va creciendo respecto de Chile, y realizar una mayor campaña de identificación del origen y calidad de los productos chilenos. En el caso de la fruta fresca chilena, es recomendable que en los puntos de ventas tengan esta identificación, y lo mismo la cereza, que más allá del uso de la bandera, se agregue el logo de Chile para facilitar una rápida identificación de la marca y el origen de Chile de nuestros productos.
Por otra parte, los importadores de nuestros productos y en particular de cadenas de hipermercados y supermercados, nos señalan la importancia de contar con una campaña de la fruta chilena más agresiva en este mercado, que incluya promoción en el transporte público o medios de comunicación masivos como la televisión, donde aparezcan nuestras frutas, mostrando claramente su origen y sus atributos.
La Oficina Comercial de Chile en Seúl está disponible para apoyar a los empresarios exportadores en lo que necesiten.