Se trata del picudo del banano o picudo negro, Cosmopolites sordidus (Germar), especie de escarabajo que penetra la base suculenta del pseudotallo y excava túneles en el interior del banano, alimentándose del tejido interno lo que produce el decaimiento y posterior muerte de las plantas. La presencia del insecto se puede corroborar observando la savia que drena por el sitio de entrada en el pseudotallo.
En un trabajo que recoge la experiencia de los habitantes de Rapa Nui y el uso de tecnologías tendientes a contribuir a la sanidad vegetal, INIA la Cruz se propuso recuperar los bananos existentes en la Isla de Pascua afectados por la presencia del picudo negro Cosmopolites sordidus, el cual constituye el principal problema del cultivo del banano en la isla.
Las primeras acciones del equipo de técnicos y profesionales fue realizar labores de revisión de los cormos del banano detectando que los mismos agricultores estaban traspasando la plaga a los nuevos hijuelos (brotes) que plantaban porque éstos eran hijuelos que venían de plantas madres infestadas. “En conjunto con ellos realizamos labores de inspección y de limpieza de los hijuelos de manera de eliminar aquellos que transportaban la plaga y posteriormente ejecutar la plantación. Pero, ya sabiendo que los hijuelos están libres de la plaga”.
Después de estos manejos, vino la primera aplicación de trampas en base a feromonas, que son sustancias químicas que los mismos insectos producen para comunicarse específicamente entre ellos. Este tipo de sustancias son utilizadas para atraer los individuos adultos del picudo negro del banano a una trampa y reducir las poblaciones en el campo a través de capturas masivas mediadas por la feromona como práctica de manejo de la plaga.
La feromona específica que se requiere es un ingrediente básico que debe ser importada. La aplicación de una feromona, explicó la investigadora Natalia Olivares, “puede ser usada de tres formas diferentes: trampeo masivo (captura de individuos), disrupción sexual (confusión de apareamiento) y monitoreo (de la plaga). El tipo de feromona que se usó para este tipo de insecto es para trampeo masivo porque atrae hembras y machos y lo que hace es reducir la población de la plaga y de esa manera reducir los daños en la planta”.
Se instalaron 15 trampas, las cuales fueron distribuidas en las zonas donde hay cultivo de plátano, esto es tanto en predios de agricultores como en patios de las casas donde habitan los isleños. Con una frecuencia semanal, el profesional de campo establecido en la zona, Ignacio Ahumada, realiza un monitoreo de los adultos del picudo negro del plátano que serán capturados en esta trampa. Habrá que esperar los resultados de las capturas de adultos y que el equipo de investigadores determine si la trampa de feromona constituye una alternativa atractiva para la captura de los adultos del picudo negro del banano.
La feromona del picudo negro Cosmopolites sordidus (Germar) ha sido probada en diferentes países con resultados bastante efectivos en la disminución de la población de la plaga. Nosotros, dijo Olivares, “pretendemos disminuir la población y de esa manera empezar a recuperar los bananos que están en la isla que se están muriendo por efecto de la presencia de esta plaga”.
Natalia Olivares, directora del proyecto “Programa de Manejo Integrado de Plagas Biointensivo con productores familiares hortofrutícolas de Rapa Nui” afirma: “el INIA La Cruz cuando decide contribuir a la sanidad vegetal de las plagas presente en éste y otros frutos como el camote o la piña, lo hace con el único propósito de contribuir a mejorar estos recursos alimentarios a través de manejos agronómicos de los cultivos que impliquen un mínimo impacto social y ambiental para el control de las plagas”. Agregó, “hemos diagnosticado la presencia de plagas en los cultivos relevantes de Rapa Nui, para combatirlas de manera oportuna y eficiente y así obtener un alimento limpio para el consumidor como es el banano y el camote, aplicando estrategias de control dentro de un manejo integrado de la plaga”.
Es primera vez que se realizan estudios más completos acerca de plagas relevantes en cultivos de camote, piña y banano, lo que ha generado un interés notable de autoridades y productores por conocer y usar estas tecnologías.
En el caso del picudo negro, destacó la experta, “el mayor problema está dado por el daño directo que realizan las larvas al alimentarse del cormo, provocando la destrucción del tejido. Esto trae consigo pudriciones y un debilitamiento de la planta la que finalmente muere sin siquiera alcanzar a producir frutos”.
El equipo de trabajo de esta iniciativa lo integran además, Fernando Rodríguez, Aart Osman, Alejandro Morán e Ignacio Ahumada.
Se estima que en la isla existen al menos 10 variedades (o híbridos) diferentes de banano y se encuentran dispersos prácticamente en todo el territorio insular con cierto nivel de protección del viento y de los animales que lo consumen.
Fuente: SimFRUIT según INIA