Fibra de coco: Un sustrato con gran potencial

Marzo 7, 2023|Actualidad|

La fibra de coco no es un material extraño que sufra ningún proceso raro de preparación. Simplemente son los pelos que se encuentran en la cáscara del coco y que no tenían ningún uso particular.
En el mundo hay muchísimos países donde se cultiva el coco para alimentación. Por eso, las cantidades de fibra de coco que se pueden generar eran muy amplios.

Antes se desechaban sin más, pero llegó alguien (lo mismo hay que irse cientos o miles de años atrás) quien dijo que esas fibras se tenían que aprovechar para algo, y ese «algo» era la agricultura.

Existen distintos tipos de fibras

Por otro lado, también se puede elegir entre una variedad de fibras de coco, ya sean más largas, más cortas, etc. Tienen distintas aplicaciones y cada uno está indicado para según que cultivo y qué condiciones:
Coco fino: para semilleros y esquejes, donde las raíces son muy pequeñas y débiles.
Como estándar: se puede utilizar para jardineras, macetas o cualquier otro medio.
Coco grueso: para plantas grandes, acolchado de jardines y demás.
Fibra de coco como sustituto del sustrato tradicional

Poco a poco, la fibra de coco fue sustituyendo y remplazando los sustratos tradicionales compuestos de turba. Esto fue así porque este elemento ofrecía una mayor precocidad para plantas sanas, tiene un gran poder de retención (tanto minerales como agua) y es un perfecto acolchado.

Si nos ponemos a calcular, cada coco contiene alrededor de 125 gramos de fibras. Sin embargo, hay algunos subproductos (bueno, subproducto del subproducto) que también se utilizan. Dichas fibras, las buenas, están formadas por pelos bastante largos.

Como inconveniente, en el proceso de extracción se forman fibras de menos de 2 mm de longitud, así como un polvillo de coco o que nosotros conocemos como fibra de coco y lo aplicamos como sustrato para nuestras plantas es la mezcla de dicho polvo y las fibras pequeñas. Las largas se utilizan para otros menesteres como funda de colchones o asientos, cuerdas, etc.

Características de la fibra de coco

Estas son algunas de las características físicas y químicas que nos ofrece este sustrato:

  • pH: 5,5-6,5
  • Conductividad eléctrica: < 0,8 mS/cm
  • Porcentaje de aireación: 10-40 %
  • Capacidad de retención de agua: 25-50 %
  • CIC (capacidad de intercambio catiónico): 70-100 meq/100 g
  • C/N (relación carbono nitrógeno): 80:1
  • Contenido en celulosa: 20-30 %

Pero, ¿qué significa exactamente CIC? Todo se reduce a la facilidad con que el sustrato libere nutrientes que puedan ser absorbidos por las raíces de la planta. Para entender esto debemos pensar en el sustrato como un almacén de nutrientes para la planta. Muchos nutrientes, como el calcio y el magnesio, pueden ser administrados a plantas desde las reservas del sustrato, otros, como el potasio, son añadidos regularmente al sustrato como fertilizantes, de modo que puedan ser absorbidos por las plantas según estas los vayan necesitando. La relativa capacidad del sustrato para almacenar un grupo de nutrientes determinado –llamados cationes- es conocida como la capacidad de intercambio catiónico o CIC de un sustrato (ver figura 1).

 

Pata de mono: Vista esquemática del intercambio catiónico en el sustrato de coco. El sustrato de coco puede estar formado de fragmentos de coco de mayor o menor tamaño como los chips, las fibras y el polvo. Los chips son las partículas de mayor tamaño utilizadas y componen lo que se conoce como coco grueso, y es el polvo de coco el material con partículas de menor tamaño. Al sustrato de coco se le puede considerar como una mezcla de partículas microscópicas con carga negativa. Cada una de estas partículas atrae iones de carga positiva, razón por la que las partículas de coco sin tratar contienen grandes cantidades de iones de sodio (Na+) y potasio (K+). Estos iones son liberados durante el cultivo, quedando así disponibles para las plantas. Desafortunadamente, los iones bivalentes como el calcio (Ca2+) y el magnesio (Mg2+) quedarán unidos al sustrato de coco, lo que significa que no estarán disponibles para las plantas en la misma medida que el sodio y el potasio, y esto podrá dar lugar a una deficiencia de calcio y magnesio. Un sustrato de coco lavado y amortiguado (derecha) habrá recibido un tratamiento previo con fertilizante de calcio para mejorar el intercambio calcio-potasio. Un sustrato de coco que tratado de este modo no suele liberar potasio en exceso ni retener el calcio y el magnesio necesario para las plantas, con lo que resultarán unas plantas sanas sin síntomas de deficiencia de nutrientes.

La fibra de coco y cultivo

El cultivo en fibra de coco favorece el desarrollo de raíces, tallos y flores. Al contrario que la tierra para macetas, la cual se compacta fácilmente, la estructura de la fibra de coco mantiene las bolsas de aire necesarias para un buen desarrollo del sistema radicular, lo cual da lugar a una saludable rizosfera aeróbica -esencial para una adecuada absorción de agua y nutrientes. Algunas cosechas, como la del tomate y la del pimentón dulce, pueden tender a crecer de un modo más vegetativo, queriendo decir con esto que serán unas plantas sanas que crecerán fuertes y rápidamente, pero que producirán relativamente menos flores y frutos. Esto es algo a evitar por los cultivadores, ya que su intención es maximizar sus cosechas. Como se puede ver en nuestro otro artículo dedicado al coco, unos pequeños ajustes en el régimen de fertilización pueden resolver estos problemas.

La fibra de coco tiene, por naturaleza, un alto contenido en lignina, lo cual favorece la presencia de microorganismos beneficiosos en la zona radicular y evita la descomposición, convirtiéndolo en un medio de cultivo idóneo para ser reutilizado.

Se cree también que la existencia de microorganismos beneficiosos funciona como protección contra los patógenos de la planta. Esto ha sido demostrado en varios experimentos in vitro en los que se ha podido apreciar que la fibra de coco evita el desarrollo de patógenos del suelo. Uno de estos experimentos mostró que la formación de los micelios del hongo Phytophthora capsici era fuertemente inhibida cuando el medio de cultivo era tratado con una suspensión de fibra de coco sin esterilizar. Por otro lado, el desarrollo del P. capsici en el mismo medio fue reavivado con una suspensión de fibra de coco esterilizada por filtración.
Otros experimentos han demostrado que el desarrollo del Fusarium solani en agar agua corregida con fibra de coco sin esterilizar fue totalmente inhibido. Una vez la fibra de coco estuvo completamente esterilizada, el desarrollo del F. solani en agar agua corregida con fibra de coco tratada en autoclave dejó de ser inhibido. Resultados similares fueron obtenidos con el Aspergillus terreus, un hongo patógeno de las plantas que produce toxinas que impiden el desarrollo del polen.

Los resultados extraídos de estos estudios sugieren que la fibra de coco puede contener el desarrollo de los patógenos del suelo in vitro y que esta capacidad se debe, en gran medida, a los microorganismos asociados con el sustrato. Sabemos que el famoso hongo Trichoderma juega un papel esencial en este proceso, pero los beneficios de estos microorganismos durante el cultivo de la cosecha son aun, en gran parte, desconocidos.
Estudios recientes se han centrado en la resistencia que ha mostrado la fibra de coco durante ensayos de cultivo destinados a aumentar la vitalidad de las plantas y maximizar las cosechas. Hoy en día, se pone de relevancia la elevada sostenibilidad de la fibra de coco y, particularmente, el hecho de que el sustrato de coco pueda ser reutilizado con seguridad. Sin embargo, a pesar de lo prometedor que pueda parecer el hecho de poder reutilizar el sustrato, un coco de baja calidad podría dar lugar a una malnutrición de la planta. Un conocido problema es la fijación del nitrógeno a la fibra de coco durante su descomposición; en algunos ensayos se descubrió que en el polvo de coco se daba una pequeña fijación de nitrógeno. La fijación de nitrógeno ocurre cuando el nitrógeno es retenido en el sustrato durante la descomposición de materia orgánica y, por lo tanto, deja de estar disponible para ser absorbido por la cosecha, lo cual es normalmente causado por los microorganismos implicados en el proceso de descomposición, ya que compiten por el nitrógeno disponible para la planta.

Un problema a solucionar: la salinidad

Uno de los principales problemas que presenta la fibra de coco es su contenido en sales. Piensa que el cultivo del cocotero se hace en zonas costeras, azotadas por vientos salinos, brisas y demás.Al final, esas fibras del coco contenían una gran cantidad de sales que podían pasar al cultivo si se utilizaba como sustrato.

La solución al problema consiste en «bañar» la fibra de coco en piscinas naturales, antes y después de su triturado. Pero vamos, nada que preocuparse. A no ser que seas tu mismo/a el encargado de recoger de forma natural las fibras del coco, los sustratos que puedes adquirir en un montón de tiendas ya van limpios de sales y demás.

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