Alemania: Científicos de Potsdam investigan la eficiencia del riego en los huertos de cerezas

cerezacultivoEs tiempo de cerezas en Brandeburgo. En aproximadamente una semana, comienza la cosecha principal de esta fruta de hueso. Entonces, una cosa quedará clara: si los productores de fruta han podido regar sus árboles correctamente en las últimas semanas o no. Por ejemplo, en la época de floración, cuando aproximadamente la mitad de las flores están abiertas, un cerezo necesita agua por primera vez de manera abundante.

“Entonces comienza la división celular y se forman los pequeños frutos”, comenta la Dra. Habil Manuela Zude-Sasse, del Instituto Leibniz de Ingeniería Agrícola y Bioeconomía ATB de la ciudad alemana de Potsdam. La experta en fisiología de árboles frutales y tecnología de sensores pertenece a un grupo de científicos que están investigando el riego eficiente en la producción de frutas en el proyecto Aqua C+. El martes pasado tuvo lugar una presentación de la investigación en Potsdam.

Entre otras cosas, los científicos analizan las diferentes etapas del desarrollo de la fruta. Hay momentos en que, por ejemplo, los cerezos necesitan mucha agua y en los que necesitan poca agua. Cuando el hueso se forma en el centro de la fruta, los árboles no necesitan mucha agua. Entonces las cerezas son todavía pequeñas y verdes. Una vez que este proceso se completa y el árbol invierte en el crecimiento de la pulpa, se debe volver a aportar más agua. Un productor de frutas puede descubrir de manera bastante sencilla en qué fase se encuentra el árbol midiendo el tamaño de la cereza.

El desarrollo de la fruta en las respectivas especies de árboles frutales es solo un aspecto al que un agricultor debe prestar atención en su gestión del agua. Por encima de todo, ha de tener en cuenta el clima y el suelo. En la región de Brandeburgo, este último puede ser incluso muy diferente dentro de los límites de un huerto. “En Mecklemburgo-Pomerania Occidental y Brandeburgo, las zonas arenosas y las zonas arcillosas están a menudo muy cerca unas de otras”, dice Manuela Zude-Sasse.

cerezas-argentinaPara un huerto frutal, esto puede significar que algunas áreas son arenosas y que los árboles necesitan más agua allí y con más frecuencia. Sin embargo, en otra zona arcillosa, los árboles sobrevivirán los períodos secos con poco riego. Los científicos estudian el suelo y crean mapas precisos de suelos para las empresas involucradas en el proyecto de investigación. Estos son actualmente cinco productores de fruta en Brandeburgo, incluida la compañía BB Brandenburger fruit GmbH, de la localidad de Altlandsberg. Lo que también necesitan los productores de fruta es una estación meteorológica en sus explotaciones. Mide valores como la temperatura, la radiación solar, la humedad, la velocidad del viento y la precipitación. Sobre la base de los datos meteorológicos y las condiciones del suelo, se calcula el balance hídrico diario, es decir, la diferencia entre ‘la oferta y la demanda’. De esta manera el agricultor puede deducir para cada día cuánto y dónde en su huerto debe regar, dependiendo de la fase de desarrollo de las frutas respectivas. Si incluye también los pronósticos del servicio meteorológico, puede estimar las necesidades de agua para los siguientes días.

Estos cálculos se ejecutan en los ordenadores del Instituto de Ingeniería Agrícola y Bioeconomía. El instituto opera en una nube en la que se cargan todos los datos recopilados. Actualmente, los agricultores involucrados tienen acceso a los cálculos y la información en un sitio web. “Queremos que los datos sean más accesibles”, dice Manuela Zude-Sasse. Eso podría realizarse a través de una aplicación en un teléfono móvil. Sin embargo, los sistemas de riego también pueden ser controlados automáticamente con los datos disponibles.

Actualmente se está discutiendo qué variante es la más práctica para los productores de fruta. El objetivo es que sean las empresas las que ofrezcan servicios de información de riego a los agricultores. El Instituto está hablando actualmente con dos partes interesadas. El proyecto de investigación en sí continuará hasta 2021, que finalmente tiene que resultar en un servicio que ayudará a los productores de frutas a regar de manera más eficiente.

Fuente: MOZ.de

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