
Fotografía canva
Los primeros indicios apuntan a que la sequía que asola el país desde hace tres años provocará una drástica reducción de la cosecha de cítricos esta temporada, siendo las naranjas las más afectadas.
A meses del inicio de la temporada, los presagios no son buenos. “La situación es muy preocupante. Es cierto que aún no tenemos cifras, pero el panorama es desolador. Por mi experiencia, hacía mucho tiempo que no teníamos un año tan desastroso”, lamenta Lahbib Bentaleb, presidente de la FNACAM (Federación de Cámaras Agrarias Marroquíes).
Las voces del sector son muy negativas: los productores hablan de catástrofe en la prensa marroquí. Las primeras estimaciones apuntan a una producción a la baja récord de naranjas, así como también que los precios serán tan altos que, tanto el consumo interno como los volúmenes de exportación, se verán afectados.
En el lado positivo, las clementinas no se han visto tan afectadas como las Navels y las Valencias.
Los volúmenes de mandarinas también parecen haber escapado a lo peor de la sequía, y los volúmenes de Nadorcott se encaminan hacia una temporada similar a la de 2022/23. Cabe señalar que, durante la última campaña de comercialización, es decir, entre septiembre de 2022 y abril de 2023, los exportadores marroquíes enviaron 73.000 toneladas de mandarinas, una cifra récord. La mitad de la variedad enviada se destinó a Canadá.