Dado el beneficio del desarrollo y uso de biocontroladores -enemigos naturales y organismos vivos-, en Chile se llevan a cabo varios proyectos público-privados que evalúan distintos métodos de control natural de plagas.
Por estos días se están impulsando diversos proyectos público-privados en el país, cuya finalidad es comprobar la efectividad de distintos insectos en el combate de plagas de alto impacto para la fruticultura nacional, como la Lobesia botrana y el pulgón del nogal. Una técnica que por lo demás resulta ser más amigable con el medio ambiente y aplicable en zonas urbanas que conviven con las áreas productivas.
Dado el beneficio del desarrollo y uso de biocontroladores -enemigos naturales y organismos vivos-, en Chile se llevan a cabo varios proyectos público-privados que evalúan distintos métodos de control natural de plagas.
Una forma sustentable para combatir plagas
Muchos sectores urbanos que colindan con plantaciones agrícolas son foco de Lobesia botrana , insecto que se ha transformado en uno de los enemigos más importantes de cultivos de exportación, como la uva de mesa y el arándano.
“Una parra en el jardín de una casa puede contener la plaga y al no ser controlada, el riesgo de que emigre hacia los huertos comerciales es alto”, advierte David Castro, jefe del Área de Entomología Cuarentenaria de la Fundación para el Desarrollo Frutícola (FDF), institución que impulsa varios proyectos para enfrentar esta problemática, como es el caso del Trichogramma pretiosum.
La iniciativa, que cuenta con el apoyo de Asoex y el SAG y es financiada por la FIA. En cuanto a la acción de este insecto del género Trichogramma o micro avispa (denominada así por su tamaño casi microscópico), Castro puntualizó que éste parasita los huevos de Lobesia botrana, disminuyendo la posibilidad que emerjan larvas de polilla. “En términos de resultados, en las pruebas de laboratorio y en jaulas de campo se ha observado un porcentaje de alrededor de 60% de parasitismo”, agregó el investigador.
El Trichogramma pretiosum es una especie que está presente en Chile, por lo cual ofrece una muy buena alternativa para abordar el control de la Lobesia botrana a nivel urbano. “Un controlador biológico es muy amigable, no tiene efecto en la salud humana, es completamente inocuo y por eso no genera resistencia por parte de los ciudadanos”, explicó el investigador de FDF.
Esta técnica cosiste en liberar insectos estériles al ambiente con la finalidad de reducir las posibilidades de crecimiento de la población de la plaga. La técnica, que en su momento ayudó a la erradicación de la mosca de la fruta en Chile, está siendo replicada para Lobesia botrana por FDF.
Para el nogal existe una alternativa similar como la desarrollada por FDF; y que es llevada a cabo por el SAG, y que busca combatir al pulgón a través de la presencia del insecto Trioxys pallidus .
“Fue traído desde Irán y multiplicado con muchas dificultades, pues nos encontramos en hemisferios opuestos”, comenta Fernando Torres, jefe de Vigilancia y Control de Plagas Agrícolas del SAG.
Respecto del impacto de introducir masivamente estos tres insectos, el jefe del área de entomología cuarentenaria de la Fundación para el Desarrollo Frutícola dice que “no existe registro negativo sobre el uso de estas técnicas, ya que se trata de insectos que existen en el país”. En Xilema, empresa especializada en biocontroladores, están trabajando con algunos parasitoides, como Acerophagus , Thripobius , Metaphycus y Aphytis , y otros depredadores.
“Parasitoides y depredadores se pueden utilizar en conjunto o por separado, dependiendo de la plaga y el frutal a tratar”, advierte Osvaldo Farías, gerente general de Xilema.
En la Universidad de Chile, estudian alternativas para enfrentar la acción de gusanos cortadores y la polilla Noctuidae en hortalizas y cultivos anuales.
“Estamos trabajando con un nemátodo nativo que fue colectado en un bosque en Lican Ray. Esperamos producir un bioinsecticida formulado en base a estos nemátodos”, cuenta Gabriela Lankin, académica de Agronomía de la U. de Chile, especialista en control biológico. quien desarrolla el proyecto junto a Erwin Aballay.
Confusores sexuales y corredores biológicos
En materia de confusores sexuales, se estima que en la actualidad hay más de un millón de hectáreas en el mundo bajo tratamiento con feromonas. En Chile, la técnica está tomando vuelo, especialmente entre aquellos productores que buscan controlar la Lobesia , la polilla de la manzana y la Sidia modesta , que ataca a los carozos.
La técnica consiste en extraer la feromona liberada por las hembras e insertarla en dispensadores que la entregan durante la temporada.
“La feromona sintética inunda el huerto, y el macho de la polilla no es capaz de encontrar a la hembra, porque se confunde”, explica Fernando Torres.
Otra alternativa es la construcción de corredores biológicos. Estos se construyen cultivando plantas entre las hileras de los huertos, las cuales atraen a diversos tipos de insectos, entre ellos abejas, polinizantes y enemigos naturales. A través de su mantención, es posible conectar a los insectos benéficos de los diferentes sectores del predio, muchos de los cuales corresponden a hospederos de parasitoides y depredadores de plagas.
En Chile existe experiencia al respecto en viñas, aunque no a nivel masivo. Según Blas Lavandero, quien realizó su tesis doctoral en este tema, aún hacen falta muchas investigaciones que permitan identificar las plantas más eficientes y compatibles con cada cultivo y variedad. Los corredores biológicos favorecen el control de plagas, generan microambientes para aves y estimulan la polinización.