Utilizan residuos de manzana para generar energía limpia   

 

En Chile 220.000 toneladas de manzanas se convierten en desecho y terminan, casi indefectiblemente, en los vertederos. Del mismo modo, 62.000 toneladas del residuo del aceite de oliva (llamado alperujo) es reintegrado a los campos de olivos formando una fina capa sobre el suelo. En ambos casos, sin embargo, el problema es el mismo: mantienen su valor energético y nutritivo, pero ese potencial está siendo desaprovechado.

En la empresa de ingeniería sustentable ASGREEN conocían sobradamente estos números gracias a su vasta experiencia en eficiencia energética y sustentabilidad en industrias productivas. Los manejaban con cierta reserva hasta que armaron el proyecto AgroWaste2Energy. ¿El objetivo? Producir energía a partir de la recuperación y procesamiento de este tipo de residuos agroindustriales. Postularon al fondo de CORFO “Prototipos de Innovación en Economía Circular” y se lo adjudicaron con creces a fines de 2018. El proyecto comenzó a marchar.

Gracias al apoyo de CORFO pudieron iniciar el proceso de experimentación con el horizonte en construir una planta piloto. Es decir, traspasar el papel a la práctica. Compraron materiales, insumos, contrataron más personal, pagaron las pruebas de laboratorio. Agosto sería la fecha de entrega de los resultados. No obstante, la pandemia obligó a reprogramar los plazos, y las pruebas serán informadas a fines de este volcánico 2020. Por ahora, no queda otra que seguir los pasos del proyecto desde el encierro de sus casas.

La cabeza detrás del proyecto es María Luisa Lozano, cofundadora y directora ejecutiva de ASGREEN. Afincada con su empresa en Curicó, Región del Maule, ya logró el compromiso de varias empresas de la zona para abastecerse de ambos tipos de residuos y convertirlos en energía. “Ya nos habíamos metido a fondo en economía circular, sabíamos de qué se trataba y cuáles eran los residuos asociados al ciclo biológico. Armamos al proyecto con al menos dos años de pega que teníamos de antes. No fue como mirar al cielo y dedicir qué hacemos con las manzanas”, cuenta Lozano, ingeniera química de profesión.

 

AgroWaste2Energy en realidad rescata dos tipos de residuos de las manzanas descartadas. “Uno de ellos es la pomasa, el residuo principal de la manzana. Es la pulpa que te queda cuando haces jugo de manzana en una juguera de tu casa. Entonces, obtenemos ese residuo de las empresas de jugos. El otro proviene de la industria de los deshidratados. Cuando se hacen los cubitos de manzana, sacan la cáscara y la pulpa y les queda el corazón de la manzana. Toda esa mezcla es asimilable a la pomasa”, explica María Luisa Lozano.

En el caso del subproducto del aceite de oliva (alperujo), en tanto, el proyecto recupera la “carne” y el cuesco molido de la aceituna que las empresas del rubro descartan en la producción del aceite. “Todo lo que no es aceite, es alperujo”, acota la emprendedora.

Los residuos de la manzana y los del aceite de oliva, aclara ella, no se mezclarán en el proceso: “Cada uno corre por un carril separado, se generan en tiempos distintos. Como los compuestos que recuperamos son diferentes, necesitan un tiempo diferente”.

Lo otro interesante es que, en un proceso intermedio, se pretende incorporar la extracción de cotizados compuestos, como los polifenoles, “que son antioxidantes que tienen un valor comercial y está validado por la comunidad científica”, plantea Lozano. Además, en orden de valorizar todas las propiedades del residuo, como subproducto de la energía producida se genera un compost de alta gama desde el punto de vista nutricional. “Este proyecto tiene la particularidad de que conlleva no solo innovación, sino que también investigación y desarrollo, lo que hemos podido realizar gracias a CORFO”, agrega la ingeniera.

 

Crecer con energía limpia

La energía resultante del proceso tiene dos futuros destinos. El primer objetivo de AgroWaste2Energy, dice Lozano, es poder operar la planta con esa propia energía. Es decir, ser autosustentables. No depender de energía externa para hacerla funcionar. Y el otro, más relevante, es vender energía al sistema. “Dependiendo de cuánto nos quede, podríamos ser una generadora y cerrar contrato con clientes libres o vender en el mercado”, avizora la directora ejecutiva de ASGREEN.

“La gracia es que como es energía de fuentes renovables, sin uso de combustibles fósiles, ni emisiones de gases de efecto invernadero, es energía limpia. Entraríamos a competir en el mercado con la energía solar y la energía eólica. No hay una industria en Chile que genere energía a partir de residuos. Se le llama bioenergía porque viene de residuos biológicos”, añade Lozano, quien comenta que a las plantas de esta índole se les conoce comúnmente como “biorrefinerías”, por su semejanza al modus operandis de las refinerías de petróleo que producen este líquido a partir del crudo.

Aun cuando la planta no ha sido instalada todavía, el proyecto resulta muy atractivo para algunos inversionistas que podrían hacerlo crecer y generar impacto en todo el país. Ya hay conversaciones con algunos fondos de inversión que quieren ayudar al escalamiento de AgroWaste2Energy. De a poco, cuenta Lozano, las empresas del sector se han ido convenciendo de la necesidad de apropiarse del concepto de economía circular. “Solo unas pocas destinaban sus residuos de manzana a compost”, complementa.

“Se espera que cada planta instalada, con capacidad para procesar entre un 5 y 10% del total de los residuos que se producen en el país,  genere ingresos por sobre el millón y medio de dólares anuales, tanto por la venta de energía como de compuestos”, calcula María Luisa.

Para lograr el anhelado crecimiento, eso sí, la planta debe tener una continuidad operativa. “El problema del residuo de la manzana y del aceite de oliva es que sus procesos son estacionales, se generan en solo dos meses del año. De modo que es muy importante integrar otros residuos para darle esa continuidad”. Ya están pensando en alguna clase de residuos orgánicos que se podrían incorporar al proceso.

“Tenemos que mejorar los rendimientos en las pruebas, pero vamos muy bien encaminados”, resalta María Luisa, para quien es clave conseguir independencia de otros residuos animales o vegetales para mejorar el rendimiento. “Nuestra generación de energía tiene que depender de los residuos que nosotros tratamos, para no estar metiéndole guano u otros desechos. No es solamente generar bioenergía. Hay parámetros que ajustar: acidez, temperatura, de manera que funcione solo y no tengamos que depender si hay cerca una empresa ganadera o una industria de maíz”, cierra.

 

Fuente: País Circular

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