The Economist destaca el desarrollo exportador de las cerezas chilenas y su conquista del mercado chino

El semanario pone a este emergente sector como un ejemplo de lo que debe llevar a cabo el país para diversificar sus envíos y salir de la “trampa de los ingresos medios”.


Adam Smith se habría sorprendido. Así señala la revista The Economist al analizar el desarrollo de la industria de las cerezas de Chile.

En su última edición, la sección Bello, dedicada a temas latinoamericanos del semanario británico, se dedica al crecimiento en las exportaciones de esta fruta y lo resalta como un ejemplo de lo que el país debe hacer para diversificar y agregar valor a sus envíos. Como eje del artículo, pone el caso de Garces Fruit, el mayor exportador de cerezas de Chile y que ha conquistado un gran negocio en el mercado chino, a partir de un proceso enfocado en la calidad y uso intensivo en tecnología.

“Gracias a la demanda china, Chile exportó US$ 1.100 millones en cerezas en 2018, el doble del valor que en 2017 y lo que equivale a dos tercios de sus mucho más conocidas exportaciones de vino”, dice el semanario.

La revista señala que los productores han aprovechado bien la fortuna de que la cosecha de cerezas coincida con el año nuevo chino, período en que “los nuevos enriquecidos consumidores de ese país les gusta regalar a sus amigos y familiares un regalo de cerezas, cuya forma roja y redonda ven como símbolo de prosperidad”, señala. “Las cerezas, que se exportan en elegantes cajas de 5 kg, se comercializan como algo más parecido a un producto de lujo que a una fruta común”.

De hecho, el artículo destaca la inversión en tecnología e innovación que las empresas de cerezas han requerido para conquistar un mercado tan distante y exigente, pese a los cuidados que requiere la cereza. “La pequeña fruta dulce se daña fácilmente con la lluvia, el granizo o el trato brusco; debe ser cosechada a mano y procesada individualmente”. Las compañías de cerezas utilizan plantaciones de alta densidad, usan abanicos gigantes para calentar los árboles en invierno y usan helicópteros para secar las frutas luego de la lluvia. Además, invierten millones de dólares en sistemas inteligentes de procesamiento de la fruta y que sólo se usan pocas semanas al año. Los mayores avances, sin embargo, están en los empaques y la logística.

La revista señala que parte de este desarrollo se ha dado por las fuerzas del mercado y la ayuda del gobierno, el cual ha implementado el tratado de libre comercio con China y ha elevado los estándares sanitarios. Además, destaca el financiamiento que el gobierno puede hacer a través de Corfo para impulsar industrias innovadoras que permitan diversificar la matriz exportadora del país.

“La combinación de las fuerzas del mercado y la ayuda del gobierno es un ejemplo de lo que Chile necesita para escapar de la trampa de ingresos medios”, dice. No obstante, destaca que esto no se habría logrado sin las fuerzas del mercado, que relocalizan los recursos donde sean más eficientes. Si bien los trabajadores chilenos escapan del campo, “inmigrantes, principalmente de Haití y Venezuela, han evitado la escasez de mano de obra; además, los agricultores están dejando de plantar vides para plantar huertos de cerezos que son más rentables”. De estar vivo Adam Smith, dice The Economist, “habría celebrado esta feliz evidencia de la mano invisible”.

Gracias a la demanda china, Chile exportó US$ 1.100 millones en cerezas en 2018, el doble del valor que en 2017.

Fuente: E&N de El Mercurio
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