Subgerente de Innovación & Desarrollo de Integrity, Angélica González: “Se ha demonizado al plástico, olvidando que existen diversos materiales y que la clave está en generar conciencia”

 

Angélica Gonzalez, Subgerente de Innovación & Desarrollo de Integrity

El 03 de agosto de 2018 se promulgó en Chile la Ley que prohibió la entrega de bolsas plásticas en el retail, una medida que muchos aplaudieron. Sin embargo, las cifras respecto a la conciencia de sustentabilidad  de los chilenos no ha sido de todo la esperada, pues ahora las bolsas plásticas  se están cambiando por bolsas de papel, que significan una tala de más árboles y un proceso-no poco contaminante- de celulosa.

Es cierto que la medida es mejor que no hacer nada, pero al parecer no es la solución cuando el consumidor no posee toda la información, y además no se acompaña con una sólida educación de cuidado medioambiental. De hecho, un informe entregado recientemente por Asipla  (Asociación Gremial de Industriales del Plástico) dejó en evidencia que sólo el 8% del plástico que se consume en Chile se recicla, por lo cual queda claro que el 92% restante va directo a la basura.

Al respecto, Angélica González, subgerente Innovación & Desarrollo de Integrity, en conversación con SimFRUIT, precisó: “Hoy existe  mucha información errada, falsa,  con falta de datos o simplemente omisiones, lo cual hace que las personas se formen ideas distorsionadas sobre el plástico, y en base a ellas se tomen decisiones poco afortunadas”.

En este sentido, la profesional destacó que sería más conveniente diferenciar entre los distintos materiales plásticos, su utilización, y hacer más patente la responsabilidad que le cabe a cada persona, empresa y Estado para evitar que estos materiales se transformen en basura. “Creemos que se debe separar y no demonizar a todo tipo de plásticos. Si bien, sabemos que efectivamente existe un problema real, y éste dice relación con la degradación final del plástico. Creemos que el acento se debe colocar en cómo hacemos para que ese plástico no se transforme en un agente contaminante en el medio ambiente, y no llegue a ser una basura, sino que recircule, o bien se busquen nuevos materiales que sean más sustentables”.

“El problema no es el plástico en sí, sino el uso que le hemos dados nosotros a él.  Desde que se creó, sus usos han sido diversos y su producción ha crecido exponencialmente, pues ha dado solución a distintos rubros e industrias, como es el caso de los alimentos, medicina, automotriz, entre otras. Por ejemplo, en el caso de los alimentos, los plásticos nos han ayudado a aumentar la vida útil de los alimentos, lo cual es un gran tema si se piensa que el crecimiento de la población actual, y el proyectado, indican que se requerirán cada vez más alimentos para satisfacer estas crecientes necesidades.  Además, hoy somos testigos de una gran cantidad de alimentos que se desechan por estar en malas condiciones, y eso también genera un problema de contaminación. En este sentido, creemos que no podemos darnos el lujo de perder alimentos por no usar plásticos que cuentan con alta tecnología, como es el caso de aquellos usados para resguardar la condición de los alimentos, como sucede en arándanos, uvas de mesa, por nombrar algunos”, puntualizó González.

Agregó que “los plásticos han dado importantes soluciones a las diversas industrias, que hoy son difíciles de cambiar por otras materialidades. Nosotros, por ejemplo, usamos sólo envases monomateriales, es decir, sólo PET 1,  el cual es el más reciclable de todos los plásticos. En este sentido, al ser un plástico químicamente muy estable permite que se recicle en muchos ciclos, es decir, que pueda volver a usarse para hacer un clamshell, una botella de bebida, en fin.  Además,  es el único plástico  (PET 1) que puede ser reciclado para ser reutilizado en envases de alimentos, otros tipos de plásticos no. Asimismo es fácil de reciclar, lo cual no ocurre, por ejemplo  con los doypack que tienen alrededor de 5 tipos de plásticos diferentes que se deben separar”.

La sustentabilidad un compromiso de todos

“Como Integrity tenemos una planta de reciclaje, donde reciclamos cerca de 3 mil toneladas de  botellas PET en Chile; todas producidas con PET virgen, lo que potencia un buen reciclado, es casi como ocupar material nuevo. Nosotros compramos las botellas post consumo, y una vez que llegan a la plata , las metemos en el línea de proceso, donde se les sacan las etiquetas, se pican y quedan listas para ser utilizadas como materia prima nuevamente”,  comentó Angélica González.

La profesional señaló que en Integrity  el tema del cuidado al medioambiental es una preocupación arraigada, incluso mucho antes que surgiera alguna ley o se comenzará a hablar de la sustentabilidad con la fuerza que se hace hoy. “Para nosotros existen pilares claves de sustentabilidad que van desde analizar  cómo impactamos al medio ambiente, qué medidas tomamos para mitigar este impacto, y cómo educamos e involucramos a nuestros trabajadores y comunidad este este proceso sustentable”, enfatizó.

“En este sentido, nuestra empresa ocupa energía renovable en todas sus instalaciones en Chile,  además, nos hacemos cargo de gestionar nuestro residuos, con el fin de lograr eliminar  o desechar lo menos posible.  En relación a nuestra relación con la comunidad realizamos trabajos con colegios donde hemos fomentado el reciclaje como una manera de cuidar el medio ambiente, lo cual complementamos con incentivos como entradas al cine, implementación de salas de computación, entre otros.  Asimismo, trabajamos a nivel de clientes  para que lleven este trabajo a las comunidades donde ellos llegan con nuestros envases”, añadió.

La representante de Integrity también agregó el valor de la integración. “Tenemos un compromiso real con la integración, por ejemplo, tenemos un programa de  reinserción social de personas que han tenido algún problema con la ley, así como también con la integración de personas extranjeras. Creemos que entregar oportunidades, no sólo dignifica, sino que también permite un cambio de vida real”.

Biopolímeros (PLA)  y  compostables: ¿Una Respuesta?

Para Angélica González,  la mala publicidad que se ha hecho sobre el plástico en general, sin distinguir que entre ellos existen diferencias de importancia, ha llevado  a mucha desinformación. “Hoy,  los biopolímeros o  biopet  se levantan como una opción excelente, pero se requieren algunas precisiones. Podemos hacer biopet  a partir de material orgánico o vegetal como la caña de azúcar, sin embargo, éste biopolímero no se comportará de manera diferente al PET normal, cuando se trata de tiempo de degradación en el medio ambiente. Su única ventaja sería provenir de un recurso renovable, pero quizá no sea tan así, ya que, los estudios precisan que  1 hectárea de caña de azúcar produce 3 toneladas de biopolimeros, lo cual es nada para cubrir la necesidad de bioplástico que existe. Entonces la pregunta es ¿Cuántas hectáreas de caña de  azúcar vamos a necesitar para suplir esta demanda? Quizá miles”.

Agregó: “Hay que tener presente que un biopolímero no es compostable, ni tampoco se degrada en el corto plazo o diferente a un PET. Asimismo, es importante diferenciar que  si bien  los compostados son biodegradables, pudiendo degradarse en alrededor de 180 días, dependiendo del tipo de compostabilidad, los materiales biodegradables no son compostables”.

Asimismo, la experta precisó que al hablar de  materiales compostables también hay precisiones importantes que se deben tener presentes, pues, “por un lado, requieren de una certificación que los acredite como tales, y por otro -como sucede en el caso del PLA-,  se requiere de compostaje industrial y controlado, es decir, no es un tema que yo tome el envase y lo entierre en el patio.  Entonces la pregunta aquí es ¿Quién se hace cargo de este material? Debido a ello hay muchos mercados que no aceptan envases compostables, pues no existe una industria de compostabilidad desarrollada. Pero sí existe una industria del reciclaje desarrollada”, destacó.

A modo de ejemplo, la profesional dijo que TESCO lleva un registro de materialidad de sus envases , mediante tres columnas de colores. “En la roja está puesto el PLA, porque no hay industria de compostaje. En la lista amarilla están otros productos, pero en la verde está el PET, pues si hay una industria de reciclaje. Tenemos clientes que han realizado pruebas de PLA a Alemania, y han descubierto que nos les sirve. Otro aspecto a tener en cuenta es que tanto los productos biodegradables o PLA significan mayores costos, que no todos en las industria están en condición de enfrentar”, remarcó.

Finalmente, Angélica González llamó a informarse, y luego tomar decisiones, “ya que, todos queremos lo mejor para nuestro planeta, pero las decisiones deben estar bien fundamentadas, de tal forma que generen un cambio real, y no un cambio de un producto por otro, que también tendrá un impacto”, cerró.

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