Mientras algunos se echan a morir por la disminución de las lluvias y el alza en las temperaturas, en el Centro de Información de Recursos Naturales (Ciren) piensan que al mal tiempo, buena cara. Por eso comenzaron una investigación acerca de las especies frutales que pueden hacer frente a esas hostilidades climáticas en la cuenca del Aconcagua y que, a la vez, permitan la subsistencia de la agricultura en la zona.
”Normalmente en Chile se trata de reaccionar en el momento en que se produce algún tipo de problema. La idea es hacer un estudio introspectivo para saber cuál va a ser el clima en Chile y para ver cómo se van a comportar las especies que actualmente se cultivan y para buscar una solución a ello”, explica Álex Fernández, geógrafo de Ciren y jefe del proyecto. Y ya están las primeras conclusiones.
Por ejemplo, que la tendencia en la cuenca del Aconcagua es hacia un clima semi árido y, dentro de eso, ”los cultivos que vamos a estudiar son el pistacho y el otro, que es bastante interesante, es el argán”.
El argán (Argania spinosa) es un árbol cuyo fruto está en alza para la industria cosmética, además de la alimenticia, y es una de las principales entradas para Marruecos, por ejemplo, que abastece a Europa y Estados Unidos.
Fernández también les ve futuro a otros productos, que generalmente son frutos secos. ”Se trata de especies con alta tolerancia al estrés hídrico y a las altas temperaturas, de modo que podamos sugerirles especies que sean rentables a los agricultores”, remarca el profesional.
Félix Viveros, director ejecutivo de Ciren, plantea que, además del calentamiento global, se debe considerar la cantidad de suelos erosionados en la zona central del país.
Fuente: SimFRUIT según información de LUN