INIA crea innovador bioplaguicida para controlar la Lobesia botrana

Eduardo Tapia, investigador de INIA La Platina y director del proyecto INIA – FIA

El trabajo conjunto entre INIA, SAG y FIA ha permitido el desarrollo de un formulado biológico eficaz contra la plaga y a la vez amigable con el medio ambiente.

Desde que la Lobesia botrana apareció en Chile por primera vez hace ya casi una década ha sido tema de preocupación para todo el mundo agrícola, tanto por su capacidad de reproducirse como por su voracidad. El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) se ha sumado al programa de control de la Lobesia botrana establecido por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), evaluando nuevas alternativas para enfrentar esta plaga, entre las que hoy destaca un biopesticida en base a hongos entomopatógenos. Se trata de un producto totalmente innovador, cuyo principal atributo es su carácter sustentable que permite un manejo integrado de esta plaga en vides.

La innovación se comenzó a desarrollar desde  2017  en el marco del proyecto “Desarrollo de un biopesticida en base a hongos entomopatógenos para biocontrol y/o manejo integrado de Lobesia botrana en vides como una alternativa sustentable en el cambio climático”,  y cuenta con el financiamiento de la Fundación de Innovación Agraria (FIA). Mientras que  hoy se encuentra en etapa de transferencia tecnológica entre los productores.

El  objetivo de este bioplaguicida es  controlar biológicamente la plaga de Lobesia botrana en un contexto de cambio climático, a través de una estrategia que consta de dos etapas. La primera consiste en el desarrollo de un biopesticida formulado en base a hongos entomopatógenos nativos de los géneros Beauveria sp. y Metarhizium sp. en matrices que permitan la viabilidad, especificidad y efectividad de los hongos en sus aplicaciones en vides de zonas urbanas y productivas del país. La segunda etapa es la transferencia tecnológica y cultural del uso de biopesticidas a los residentes de centros urbanos, junto a pequeños y grandes productores para manejar y controlar la plaga.

Al respecto, Eduardo Tapia, investigador de INIA La Platina y director del proyecto INIA – FIA, precisó: “La idea nace de la necesidad de hacer una agricultura más sustentable. Diferentes investigadores de INIA nos juntamos y pensamos cómo abordar este problema. Se llevaron a cabo distintas estrategias, técnicas y conocimientos y de ese trabajo en conjunto surgió este bioproducto. Los beneficios de este bioplaguicida parten desde atacar focos urbanos, que no son bien manejados por lo general, hasta trabajar con productos ecoamigables, lo que disminuye las posibilidades de lastimar a los aplicadores en los predios. En consecuencia, el consumidor final estaría adquiriendo un producto con una carga química mucho menor, lo que se traduce en una alimentación inocua”.

Asimismo, el investigador agregó: “Queremos transmitirle al agricultor y a la dueña de casa que no tenga miedo de probar estas nuevas alternativas”.

Fuente: SimFRUIT con información de INIA

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