Glaciares: ¿Fuentes de agua para la agricultura?

Marzo 11, 2020|Actualidad, Opinión|

 

Por Cedomir Marangunic, Geólogo de la Universidad de Chile, Doctor en Glaciología de Ohio State University, y Fundador y Director de la Consultora GEOESTUDIOS, especializada en estudios glaciológicos.

Durante los s de 4.000 millones de años de historia de la Tierra glaciaciones han ocurrido en diversos momentos, con duraciones que van desde cientos de miles a cientos de millones de años y separadas por breves y otros muy largos períodos interglaciares. Cuatro glaciaciones ha habido el último millón de años, la última se extendió por 120.000 años y alcanzó su apogeo aproximadamente 18.000 años atrás, en concordancia con pequeñas y cíclicas variaciones de como la Tierra gira alrededor del Sol y, por lo mismo de la radiación solar que recibimos. Desde entonces la temperatura en la Tierra ha ido aumentando, los glaciares reduciéndose con algunos altibajos, y ahora nos encontramos en un período cálido interglaciar que, según los mejores modelos predictivos, durará a lo menos algunas decenas de miles de años. En este ambiente, la afectación que causa la acción del hombre, en particular desde la industrialización y desde la Segunda Guerra mundial, hace que el aumento de temperatura sea más rápido que si fuera debido solo a causas naturales, la precipitación nival se reduce en algunas regiones montañosas y la reducción de los glaciares se acelera.

Así, los glaciares que vemos hoy son remanentes de cuerpos de hielo que fueron bastante mayores. En este proceso de reducción, en algunos glaciares en que a la alimentación nival se agrega nieve de avalanchas con arrastre de fragmentos de rocas, y rocas caídas desde los empinados taludes de sus entornos, la paulatina fusión del hielo deja expuestos en sus superficies rocas que se encontraban en el interior de la masa de hielo formando una carpeta de detritos de hasta algunos metros de espesor y glaciares. De manera que glaciares que fueron blancos se han transformado, o se están aún transformando, en glaciares completamente cubiertos por detritos rocosos, pero con un núcleo de hielo, lo que hoy conocemos como glaciares de rocas.

La reducción que sufren los glaciares blancos de la Cordillera del centro de Chile ha sido en la última docena de años del orden de 0,3 a 1,5 metro por años, mientras que, en los glaciares de rocas, algo protegidos de los factores meteorológicos por la capa de detritos que los cubre, esta ha sido del orden de unos pocos a 20 cm de espesor por año. Vale decir, los aportes hídricos de los glaciares de rocas a sus cuencas son poco más que una décima parte del aporte que hacen las superficies de hielo descubiertas.

En consecuencia, y considerando que el espesor medio de los glaciares suele ser desde pocos metros en los más pequeños a 40 m o algo más en los mayores, mientras muchos de los glaciares blancos se reducirán a un mínimo, o se extinguirán, en los próximos 20 a 30 años, los glaciares de rocas persistirán algunos siglos entregando reducidos volúmenes de agua.

A modo de ejemplo, y según inventario de glaciares de pocos años atrás, en la cuenca del Río Maipo existen 764 glaciares, de los cuales 532 son glaciares de rocas sumando una superficie de 140 km2, y 232 son glaciares blancos (glaciares descubiertos) con una superficie total de 229 km2 de los cuales 26 km2 se encuentran cubiertos por detritos rocosos. Se infiere entonces que 166 km2 de superficie glaciar cubierta por detritos persistirá en el tiempo aportando poca agua a su cuenca, mientras que los 203 km2 de actual superficie de hielo y nieve, que hoy en día aportan la mayoría del agua de origen glaciar y que sustentan los pequeños caudales en años de extrema sequía, en lo substancial cesará de hacerlo en los próximos dos a tres decenios, aunque seguramente persistirán poco significativos parches de nieve y hielo.

Existen actualmente tecnologías para el manejo de glaciares, en varias de las cuales Chile ha sido pionero en el mundo. Ellas permiten extraer más agua de los glaciares, cuando se necesita, y rellenarlos en años de mayor precipitación nival. Sin embargo, manejar estos glaciares pudiera generar controversias y, desde luego, también tiene un costo.

En el marco de la Megasequía, que está sumando un año más ¿Deberá la agricultura del futuro analizar los glaciares como una alternativa para su sustento?

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