Economía Chilena: ¿Cómo Vamos?

Noviembre 15, 2018|Actualidad, Opinión|

Por Rodrigo Díaz, Asesor de ASOEX


El alza en la tasa de desempleo y quiebras destacadas está mostrando una debilidad en el tren del crecimiento de nuestra economía.

En septiembre de 2017, la tasa de desempleo alcanzó 6,7%. Un año después subió a 7,1%.

¿Por qué, si las expectativas de crecimiento para este año superan el 3% anual[1]?

De hecho, en el segundo trimestre de 2018 [último datos disponible] la inversión creció 7,3%, mientras en el tercer trimestre de 2017 la inversión mostraba su primer período positivo [+0,5%] luego de cuatro trimestre de retroceso.

Lo que hay que entender es que la tasa de desempleo no es una variable unidimensional. Por ejemplo, la inflación sí lo es, ya que su medición es producto de un proceso objetivo, como el alza sostenida de precios.

El desempleo, en cambio, se calcula sobre la base de las personas que quieren trabajar y no consiguen hacerlo. Entonces el desempleo incluye tres variables: los que quieren trabajar, los que tienen o encuentran trabajo y los que aun no lo consiguen.

Por eso, la tasa de desempleo esconde otras variable, tales como la capacidad de la economía de crear empleo y las expectativas de personas que se suman al mercado producto de expectativas favorables.

Si la inversión aumenta, los ocupados aumentan y la tasa de desempleo también lo hace, entonces la única explicación posible es que la economía está creando menos puestos de trabajo de los necesarios para absorber a las nuevas personas que se suman al mercado laboral.

Y si bien la inversión está aumentando y fuerte, su nivel aún es insuficiente para crear todos los puestos de trabajo que se alinean con las expectativas de crecimiento.

Por otra parte, ya son varias las empresas que en regiones han declarado su quiebra lo que ha dejado gente cesante. Junto a esto, algunas compañías de retail a nivel nacional han anunciado reducción de sus puntos de venta, lo que también deja gente sin empleo.

Nuestra economía necesita alcanzar un nivel de inversión superior al 20% del PIB. Ojalá cerca del 25% del PIB para asegurar buenas tasas de crecimiento y creación de empleo.

Por ahora, lo que se ve es que el nuevo mayor empleo se sostiene en la demanda por trabajo formal y no en la por cuenta propia. Esto es una buena noticia, porque se reduce la precariedad y se está avanzando en empleos de calidad con contrato, con previsión y seguros. Pero aún es insuficiente.

Siguen quedando como desafíos pendientes atraer nuevas inversiones al país [tal como se está haciendo con el Chile Week en China, en donde se presentaron 60 proyectos para infraestructura que se van a licitar a inversionistas de ese país] y agilizar la lista de proyectos detenidos en trámites de certificación ambiental.

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[1] CEPAL: 3,3%

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