Con vibraciones combaten plagas en uvas de Estados Unidos 

Rodrigo Krugner, entomólogo del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) en Parlier, California, ha encontrado una forma innovadora de controlar las plagas de insectos en las plantaciones  de uvas de  California: aprovechando las señales vibratorias que éstos  usan como llamadas de apareamiento.
Los esfuerzos de Krugner se centran principalmente en francotiradores o chicharritas de alas vidriosas (Homalodisca vitripennis), que propagan una bacteria que causa la enfermedad de Pierce en los viñedos y le cuesta a la industria de la uva de California unos USD$104 millones al año. Los productores usan productos químicos para controlar las plagas, pero los éstos también matan insectos beneficiosos, dejan residuos y se vuelven menos efectivos a medida que los insectos desarrollan resistencia.
Los francotiradores de alas vidriosas, machos y hembras, producen llamadas de apareamiento mediante la vibración de los músculos abdominales, y pueden detectar las señales del otro desde al menos 6 pies de distancia. Krugner ha desarrollado una forma de grabar esas llamadas de apareamiento, estudiarlas y convertirlas en ondas de sonido que se pueden sintetizar y reproducir en un viñedo, a una frecuencia que confunde a los insectos e interrumpe su apareamiento.
En 2018,  el investigador publicó un artículo que muestra la efectividad de la técnica en un viñedo de California. “Descubrimos que la reproducción de la señal correcta evitaba que los insectos se comunicaran, y por ende resultarán sin apareamiento”, precisó.
Krugner ahora está estudiando las señales vibratorias de otros insectos que atacan a las uvas para que la técnica pueda usarse para controlarlas. Al menos 150.000 especies de insectos usan señales vibratorias como un método para atraer parejas (algunas de ellas usan feromonas combinadas con vibraciones). Muchos de esos insectos, como los saltahojas o chicharritas  y las chinches, atacan a las uvas. El enfoque puede tener su mayor potencial para controlar las plagas de los viñedos, porque las vides tienen redes de enrejado que pueden usarse como líneas de transmisión para las señales, puntualiza  Krugner, quien trabaja en el Centro de Ciencias Agrícolas del Valle de San Joaquín del ARS.
Cada tipo de insecto envía una señal única, pero la tecnología de sonido avanza a un nivel en el que casi cualquier vibración a cualquier frecuencia se puede replicar en un formato digital, dice. El truco es poder descifrar el significado biológico de las frecuencias específicas de la vibración del insecto y luego sintetizarlo. Se coloca un prototipo de emisor de vibraciones a medida en un enrejado durante los ensayos de campo en la Unidad de Investigación de Enfermedades, Plagas y Genética de Cultivos en Parlier California.
“La mayor parte del esfuerzo consiste en encontrar la señal disruptiva correcta, similar a descifrar un código en un idioma diferente, y luego hacer una versión sintética del mismo”, dice Krugner.
Fuente: SimFRUIT según información de ARS
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