Chile: A falta de fertilizantes, bienvenidas son las algas

Según indica Rebeca Gálvez, de Patagonia Biotecnología: “La industria de los fertilizantes se encuentra en un punto de inflexión”. Mientras que “el poder de las algas marinas mejora los rendimientos, calidad, calibre y condición de una amplia gama de frutales”

La crisis en el precio y la disponibilidad de los fertilizantes agrícolas está teniendo importantes repercusiones en la agricultura mundial, e incluso ha despertado el temor de la inseguridad alimentaria. El conflicto bélico en Ucrania iniciado por Rusia –el mayor exportador global de fertilizantes nitrogenados, el segundo de potasio y el tercero de fertilizantes fosfatados, según datos de la FAO– está siendo determinante en estos momentos, aunque no se debe olvidar que la escalada de precios comenzó hace más de un año con el encarecimiento del gas, que ha hecho que, por ejemplo, el precio de la urea se haya multiplicado por dos y medio en los últimos 12 meses.

Esta importante fisura en la obtención de un recurso esencial para la agricultura plantea no solo la conveniencia de depender de un mercado concentrado, sino la de encontrar materias primas efectivas, locales y, sobre todo, disponibles, algo que cobra especial relevancia en este momento en regiones como Latinoamérica de cara a las próximas campañas agrícolas; y las algas cumplen todos los requisitos para alzarse como interesantes alternativas a los fertilizantes minerales.

“Nuestro propósito en Patagonia Biotecnología es poner al servicio de la agricultura mundial sustentable el poder de las algas marinas del océano de la Patagonia, que potenciamos gracias a la biotecnología. Nuestra solución Fertum ha sido desarrollada por Marcelo Brintrup Meeder, quien ha trabajado más de 30 años con las algas continuando el trabajo de investigación que llevó a cabo un verdadero visionario, el Dr. Gotardo Schenckel Stiefel de la Universidad de Concepción, Chile”, explica Rebeca Gálvez.

“No hay ningún recurso que sea infinito, pero el potencial de las algas prácticamente lo es, siempre dependiendo de cómo se gestionen. Además, es una materia prima que ayuda en todos los problemas que nos aquejan hoy en día en relación con el cambio climático, porque tienen un tremendo poder de fijación de carbono”, subraya Rebeca. “En Patagonia Biotecnología tenemos nuestras propias concesiones marítimas donde estamos trabajando con cultivos propios y mediante alianzas con pescadores profesionales a quienes capacitamos para que las algas sean cosechadas de manera sostenible y no se dañe el ecosistema. Trabajamos concretamente con algas pardas Macrocystis”.

“Estas algas son más abundantes que otras usadas por la competencia y pueden aumentar su peso en 3.500 veces en menos de 90 días. Nuestros productos se destacan porque son fabricados con algas frescas, no varadas en las playas, con un proceso patentado en Chile, Estados Unidos y Canadá, y contamos con una paleta de 15 productos certificados para la agricultura orgánica. Es importante destacar que somos una empresa Endeavor preparada para escalar: hoy en día vendemos un millón de litros de producto, pero tenemos las infraestructuras para crecer a 20 millones de litros anuales”.

Nutrientes marinos patagónicos: mayor producción y menos pérdidas

Las algas que conforman la base de las soluciones fertilizantes de Patagonia Biotecnología son recolectadas en la región costera desde Valdivia hasta la isla de Chiloé, donde crecen alimentadas por la nutritiva corriente de Humboldt.

“El proceso patentado permite liberar los macro y micronutrientes de las algas, así como los precursores de las fitohormonas, para ponerlo a disposición de las plantas; en este aspecto, ofrecemos a los agricultores una tecnología dual, ya que nuestros productos tienen precursores tanto de auxinas como de citoquininas. Estos componentes fortalecen los cultivos y les permiten soportar de mejor manera el estrés hídrico y térmico, y promueven el crecimiento radicular, de manera que las plantas tienen una mayor capacidad para captar los nutrientes presentes en el suelo”.

“Nuestros productos contienen también silicio, un elemento con el que Marcelo Brintrup lleva trabajando más de 15 años considerado como un fertilizante de cuarta generación. Diferentes ensayos realizados han demostrado que el uso de nuestras soluciones ha logrado incrementos del 15% en el cultivo de papas, de hasta el 100% en arándanos con nuestro programa de fortalecimiento y vigor, e incluso en California, donde la plaga del Fusarium está causando pérdidas del 60% en el cultivo de apio, Fertum enriquecido con silicio logró reducir las pérdidas en un 15% sin ser un fungicida; solo con el fortalecimiento que le aporta al cultivo”, comparte Rebeca Gálvez. “Inicialmente, nuestros productos se ofrecían como una complementación a los programas de fertilización basal, pero los diferentes ensayos hechos con empresas de prestigio internacional han demostrado que son igual de efectivos empleados de manera individual e incluso han logrado aumentar los rendimientos”.

“Además, la semana pasada fue muy importante para nosotros, logramos cerrar una alianza con la doctora Lorena Barra, desarrolladora de un consorcio microbiano patentado con el que vamos a potenciar nuestro I+D”.

Al servicio de la fruticultura

“Hemos logrado posicionarnos en Chile de norte a sur con clientes referentes en la uva de mesa, en nogales, cítricos, paltos, arándanos, cerezos y avellanos. De hecho, somos los líderes en extractos de algas en el país; también en Perú, donde estamos posicionados en arándano y uva de mesa y estamos empezando a hacer ensayos en banano y caña de azúcar, y en Estados Unidos. Allí estamos consolidándonos en California, donde estamos reemplazando fuertemente a otros extractos de algas muy conocidos. El año pasado logramos penetrar también el mercado ecuatoriano, donde el banano es uno de los targets, y acabamos de cerrar nuestro primer contrato con China”.

“Además, en estos últimos meses, desde el comienzo de la guerra, hemos recibido el interés de empresas grandes en busca de alianzas estratégicas con nosotros desde países como Italia y España”, comparte Rebeca Gálvez. “La industria de los fertilizantes se encuentra en un punto de inflexión, ofreciendo al medio ambiente y al planeta una nueva oportunidad, y es el momento de dar un paso adelante”.

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