Por: Berta Rojas Araya de Interfases y Rodrigo López Ulloa de Otic Agrocap
Rodrigo López Ulloa de Otic Agrocap
Los desafíos que implica la IV revolución industrial es decir: la inteligencia artificial, la robótica, la automatización de los procesos, el internet de las cosas entre otros, no son ajenos al sector frutícola.
Una forma de abordar esta nueva realidad es entregando una capacitación pertinente de calidad y de modalidades que se adapten para entregar respuestas adecuadas a los distintos componentes que conforman esta IV revolución industrial.
Con mas de US$ 5000 millones en exportaciones frutícolas y generando mas de 450.000 empleos la importancia económica del sector frutícola es evidente.
En ciertas localidades rurales la fruticultura es el rubro mas importante y la que da el sustento a grupos familiares completos.
Es así, como se han impulsado iniciativas de capacitación, que apuntan hacia el aumento de la competitividad del sector, evidenciadas en la implementación de metodologías de gestión enfocadas a mejorar la productividad, eficiencia y calidad de los procesos y productos, del uso de la energía, en desarrollar habilidades y destrezas de las personas que laboran en el subsector. Como es el caso de la implementación del Sistema Integral de Medición y Avance de la Productividad (SIMAPRO). En cuyo impulso ha sido esencial la labor conjunta entre el Otic Agrocap y el Otec Interfases quienes han sido pioneros en esta labor en el país. Alcanzando logros cuantificables tales como: aumento de ingresos de los trabajadores entre un 16 y 30%, reducción de costos en 18 y 20%, hasta un 49% de disminución de días perdidos, aumento de la productividad entre del 15,2 al 30% y mejorías en calidad hasta un 35%.
El desarrollo armónico de las competencias laborales que requiere el subsector frutícola conlleva un desafío y urgencia, por cuanto, dada la gran dispersión geográfica y diversidad de productores y que estamos influidos por dos variables: transición demográfica – personal envejece y el uso de las nuevas tecnologías, conlleva automatización de los procesos, necesidad de desarrollar nuevas habilidades para cerrar brechas tecnológicas y quizás en menor medida reconvertir a personas con baja calificación.
¿Cómo se logra?, si no se cuenta con:
- Un sistema público de información, confiable y pertinente que permita formar las personas en cantidad, lugar, oportunidad y por sobre todo en qué se requiere formar.
- Una institucionalidad moderna que permita el diálogo y búsqueda de mejoras al sistema de capacitación y la formación técnica formal, tanto administrativa como técnicamente. Asimismo, que permita materializar la implementación del Marco de Cualificaciones, a fin de que nuestros trabajadores efectivamente accedan a rutas formativas y laborales, ya que a la fecha son esfuerzos sectoriales que están transitando a dicho logro.
- Proveedores competentes, en cantidad y disponibilidad para realizar la capacitación, en el lugar de trabajo y evaluar aprendizajes que contribuyan a aumentar no sólo la productividad, sino que la empleabilidad de los trabajadores del subsector.
- Para el sector frutícola, resulta fundamental contar con la herramienta de la capacitación en el puesto de trabajo hay procesos, competencias, valores que no se pueden aprender ni desarrollar en una sala de clases, menos a través del método e-learning. Esta normativa desincentiva efectuar capacitación en las empresas.
- Sistema de detección de necesidades, acorde al requerimiento de las empresas y de trabajadores. Hoy en día, las empresas son más bien consumidoras de las ofertas que reciben.
En momentos en que se ha presentado al congreso un nuevo proyecto de ley que modifica sustancialmente el sistema de capacitación invitamos a las partes interesadas a dialogar sobre el tema y tomar la oportunidad y desafío del subsector para concretar mejoras siendo parte de las soluciones que hoyse requieren.