Alarma en el sector citrícola europeo por detección del vector del HLB en Israel

Enero 28, 2022|Actualidad, Internacionales|

El vector del HLB, denominado Diaphorina citri, que se suma a la rápida expansión del otro vector Trioza erytreae, ha disparado las alarmas en la citricultura europea por “las millonarias pérdidas” que ocasionaría en caso de implantarse la enfermedad.

El foco inicial de Diaphorina citri está muy cerca de Netanya, una ciudad grande al norte de TelAviv, donde hay muchas plantaciones de naranjos y mandarinos, y los investigadores del proyecto Pre-HLB -del que AVA es miembro- Marcelo Miranda (Fundecitrus, Brasil), Alberto Fereres (ICA-CSIC), Ofir Bahar (Volcani, Israel) y Leandro Peña (IBMCP-CSIC) están colaborando con las autoridades fitosanitarias del país.

Según los investigadores, el foco inicial se localizó en julio de 2021 pero se controló en noviembre con tratamientos insecticidas y la llegada del invierno ha contribuido a reducir la población de insectos. Ahora temen que vuelva a multiplicarse al comienzo de la primavera.

Aseguran que en ninguno de los insectos se encontró presencia de bacteria asociada al HLB pero se debe estar alerta por las características del insecto, capaz de volar un kilómetro a la semana y por la presencia de adultos en la primera detección.

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, asegura que el vector detectado en el Mediterráneo se adapta mejor al clima, puede vivir en un rango de temperaturas mayor, es más difícil de detectar y transmite la bacteria más letal (la especie asiática) causante del HLB.

Intercitrus ha asegurado que la detección del vector en Israel obliga a la Unión Europea a dar un giro a su política fitosanitaria, y reclama medidas más garantistas, como el tratamiento en frío.

HLB

Es la enfermedad citrícola más devastadora del planeta, no sólo porque provoca la muerte de los árboles sino porque no tiene cura conocida. La situación, tras demostrarse que la adaptación de este insecto al clima Mediterráneo es un hecho, es de máxima gravedad porque, de llegar a la Península, nuestro país sufriría la presencia de los dos vectores del HLB (la psila asiática ahora detectada en Israel y la africana, Trioza erytreae, insecto cuya población ya se extiende desde el Algarve (Sur de Portugal) al País Vasco-.

Según destaca el medio Interempresas, con este hallazgo, se considera que sería sólo cuestión de tiempo que la bacteria pudiera llegar y propagarse sin remedio. En tales circunstancias, según un estudio realizado en su momento a partir de proyecciones de lo acontecido en Florida (EE UU), la citricultura española quedaría reducida a la mitad en 7 años y podría desaparecer en menos de 15.

De ahí que Intercitrus considere este lamentable hallazgo como un hito que debiera forzar a la Unión Europea (UE) a dar un nuevo giro a su política fitosanitaria e implementar, sin mayor dilación y por sistema, las medidas más garantistas contra las principales amenazas de la citricultura europea.

Y la primera oportunidad de demostrar tal cosa se dará en breve, el próximo 31 de enero y 1 de febrero, cuando se reúna el Comité Permanente Fitosanitario de la UE, que debe considerar las medidas a aplicar para frenar la creciente amenaza de los otros dos patógenos considerados por la propia UE como los más destructivos: la ‘Falsa Polilla’ (Thaumatotivia leucotreta) y la ‘Mancha negra’ (Phyllosticta citricarpa).

Para el primero de ellos, Intercitrus reclama que la UE imponga el método más efectivo conocido, el que ya implementa China, EE UU, India, Japón, Australia a las importaciones de países terceros… un proceso estandarizado internacionalmente y que ha reducido a la nada las interceptaciones de esta enfermedad –porque elimina todas las posibles larvas alojadas en el interior del fruto-, que no es otro que el ‘cold treatment’ en tránsito (aplicar una temperatura próxima a 0 grados durante un periodo determinado).

Para la segunda, la interprofesional, reclama que se refuercen las medidas en origen que ya se vienen aplicando a las importaciones europeas de los países que sufren este hongo, lo que también implicaría aplicar protocolos similares a los que España está obligado a cumplir cuando exporta naranjas o mandarinas a los países citados (con un registro de parcelas, registro de exportadores, de fitosanitarios permitidos, trazabilidad absoluta de todos los lotes, inspecciones en origen y controles en destino…)

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