“2023 es uno de los peores años que se recuerdan”, señaló Johan Sonneveld, de la consultora del sector Fruitconsult, al comentar el estado de la cosecha de cerezas, según consigna el medio ReeferTrends.
Aunque hay pequeñas variaciones regionales, Sonneveld señaló que “en Betuwe, donde se encuentra la mayoría de los productores de cerezas, los volúmenes de cosecha han bajado entre un 50% y un 60%”.
Esta situación ha sido confirmada por Erik Vernooij, un productor de cerezas de De Kersenhut en Cothen, situado en la provincia de Utrecht. Propietario de 16 hectáreas de cerezos, Vernooij afirmó: “Mi padre lleva 45 años en este negocio y nunca ha vivido nada igual”.
Vernooij atribuye el negativo resultado, principalmente, a los problemas actuales a las fuertes heladas de marzo. La mayoría de los cerezos ya están protegidos y no sufrieron daños significativos por las lluvias del verano, pero los cultivos de bayas, que se están recolectando actualmente, sí han sufrido las consecuencias de la lluvia. Vernooij señala que “las bayas deben recogerse secas. Eso es prácticamente imposible en estos momentos, pero aun así hay que recogerlas”.